bruselas. Oficialmente la cumbre de jefes de estado y de gobierno que arrancó ayer en Bruselas tenía dos asuntos en la agenda, cómo impulsar la economía digital y cómo gestionar los flujos migratorios tras el reciente drama de Lampedusa. Pero las revelaciones de los últimos días en torno al supuesto pinchazo del teléfono móvil de la todopoderosa Angela Merkel se llevaron ayer todo el protagonismo. En un inusitado reproche dirigido a Estados Unidos la canciller alemana, de motu propio y sin que mediara pregunta de los periodistas, acusó a Barack Obama de vulnerar la confianza de los ciudadanos alemanes y le advirtió que a los amigos no se les espía.
"Repito, es inaceptable espiar a los amigos", advirtió. "No se trata de mí sino de todos los ciudadanos alemanes. Necesitamos tener confianza en nuestros aliados y nuestros socios y esta confianza tiene que ser restablecida de nuevo", indicó recordando que ya se lo transmitió a Obama hasta en dos ocasiones. La primera en junio pasado y en persona cuando el presidente de Estados Unidos estuvo en Berlín y la segunda el pasado miércoles en conversación telefónica. Ayer el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, respondió que el móvil de la canciller no está siendo objeto de escuchas ni lo será en el futuro, aunque la prensa alemana hacía público a media tarde los detalles de los papeles del ex analista de la CIA, Edward Snowden, que tanto han enfadado a Merkel y que llevaron a su gobierno a llamar a consultas al embajador estadounidense en Berlín. Según Die Welt, la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense habría tenido pinchado su telefóno desde 1999 hasta 2013.
Haya ocurrido o no, el supuesto ataque a la intimidad de Merkel puede ser la gota que colme el vaso de los europeos, especialmente porque se produce durante la misma semana en que la prensa publicaba el espionaje masivo a ciudadanos en Francia y también en Italia. De hecho otros dirigentes europeos mostraron ayer su malestar como el belga Elio di Rupo o el italiano Enrico Letta que calificó de inaceptable el espionaje. Especialmente contundente fue el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, quien recordó que hace no mucho en una parte de Alemania había una policía política que espiaba la vida de la gente cada día, que Europa sabe bien lo que es el totalitarismo y que el derecho a la privacidad es un derecho fundamental. "Sabemos muy bien lo que ocurre cuando el Estado utiliza su poder y se entromete en la vida de las personas. El derecho a la privacidad y la protección de datos es una cuestión muy importante, no solo para Alemania sino para toda Europa", recordó.
obligar a google y a yahoo La Comisión Europea, junto con Francia, quiere que la UE acelere la tramitación de la nueva directiva europea sobre protección de datos que la Eurocámara ya ha votado en una primera lectura que apuesta por obligar a gigantes informáticos como Google o Yahoo a recibir autorización europea previa antes de transferir datos a Washington. En esta línea, el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, fue todavía más lejos al reclamar la suspensión de las negociaciones del tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos.
No todo el mundo está de acuerdo, Suecia y Finlandia pidieron ayer prudencia a sus colegas hasta aclarar lo sucedido y que la disputa no afecte a las negociaciones con Washington. El primer ministro británico, David Cameron, evitó pronunciarse ante la prensa mientras que el irlandés, Enda Kenny, quitaba hierro al asunto: "siempre trabajo sobre la base de que las llamadas que hago están siendo escuchadas", respondió. Anoche los 28 discutían sobre cómo impulsar el sector digital, sobre la unión bancaria y sobre cómo dar respuestas a la crisis de Lampedusa. El proyecto de conclusiones que cerrarán hoy no prevé nuevas medidas y retrasa el debate hasta la cumbre de junio de 2014.
Merkel atiende a su teléfono móvil mientras Obama desvía la mirada, durante una reunión. Foto: afp
El escándalo del espionaje a Merkel dejó en segundo plano
la política migratoria y el drama de Lampedusa