nueva york. El ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, y el canciller argentino, Héctor Timerman, conversaron ayer en Nueva York sobre las disputas de ambos países con el Reino Unido por la soberanía de Gibraltar y de las islas Malvinas. Así lo confirmaron fuentes de la delegación española que se encuentra en Nueva York acompañando al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, para participar en los debates del LXVIII periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU.
Durante el encuentro, ambos ministros constataron las coincidencias existentes entre la situación de las disputas de soberanía sobre las islas Malvinas y de Gibraltar, según informó el Ministerio de Exteriores argentino en un comunicado. Tras comprobar estas similitudes, los representantes de Argentina y España acordaron realizar gestiones conjuntas para instar al Gobierno británico a cumplir las resoluciones de la ONU que le obligan a dialogar para encontrar una salida a ambas disputas de soberanía, según dijeron fuentes de la delegación argentina tras la reunión.
Finalmente, acordaron reunir a los equipos de trabajo para tratar temas de la agenda en común en materia de política exterior y cooperación y mantener una reunión de trabajo a la mayor brevedad posible.
El encuentro de ayer tuvo lugar un día después de que Rajoy denunciara ante la Asamblea General de la ONU el "anacronismo" de Gibraltar y la actitud del Reino Unido ante este contencioso al negarse a dialogar en torno a la soberanía del Peñón.
Por su parte, la presidenta argentina, Cristina Fernández, dijo este martes durante su intervención en Naciones Unidas que el Gobierno de Londres no ha hecho caso "en absoluto" a la resolución de la Asamblea General de 1965 que le obliga a "sentarse a dialogar" sobre las islas Malvinas. Argentina ha exigido a Reino Unido el inicio de una negociación sobre la soberanía de las islas Malvinas, si bien ambas naciones se disputan este pequeño archipiélago desde 1833, cuando Argentina debería haberlas heredado de España. Reino Unido se las arrebató entonces y expulsó a la población argentina que residía en el archipiélago, lo que marca el origen de una disputa que vivió su punto de mayor tensión en 1982 con la invasión y posterior derrota del Ejército argentino.