ramala. La noche en Gaza y Cisjordania se llenó ayer de abrazos, cánticos y fuegos artificiales para recibir a los 26 presos palestinos liberados por Israel tras dos décadas entre rejas y a pocas horas de la reanudación de las negociaciones de paz. Los reclusos fueron trasladados tras la caída del sol a los pasos de Betunia, al suroeste de Ramala, y Erez, de acceso a Gaza, donde esperaban centenares con banderas y gritos de alegría. Israel, para evitar las imágenes de regocijo y reivindicación patriótica que tanto cuesta digerir a sus ciudadanos, organizó en esta ocasión el transporte en furgones con cristales tintados, a lo que se suma la tardía hora elegida.
La Cruz Roja Internacional ayudó en la entrega a la Autoridad Nacional Palestina de los reclusos, todos menos uno encarcelados desde antes de los Acuerdos de Oslo (1993).
Escoltados por caravanas de coches que hacían sonar sus bocinas, once de los presos liberados fueron luego conducidos a través de las calles de Ramala hasta la Muqata, la sede de la Presidencia, donde aguardaban familiares, amigos y vecinos, así como varios políticos y palestinos sin mas vinculación que la alegría del momento.
El reencuentro con las familias tuvo que esperar. Los ya entonces expresos hicieron aparición en lo alto de un podio frente a la tumba del histórico rais Yaser Arafat, haciendo signos de victoria y con los brazos en alto, que agarraba el presidente palestino, Mahmud Abbas.
bienvenida de abbas Abbas tomó brevemente la palabra para afirmar que no descansará hasta que todos los presos palestinos regresen a sus hogares. "Damos la bienvenida a nuestros hermanos que han dejado la oscuridad de la cárcel por la luz de la libertad. Son los primeros, pero otros hermanos también saldrán pronto", dijo en medio del agitar de banderas y gritos de "Alá es el más grande". Fue entonces cuando los reclusos, ya de mediana edad, descendieron y la Policía tuvo que contener a sus familiares, que saltaban el cordón humano para ser los primeros en abrazar a sus seres queridos, a los que llevaban más de dos décadas sin tocar.
Taher Zabud se fundía en un abrazo de segundos con su hermano mayor Ibrahim, ajenos al griterío y a los flashes de las cámaras. "Sólo le había visto una vez en la cárcel, hace diez años", contaba Ibrahim, convencido de que su hermano encontrara pronto una mujer con la que casarse y construir la familia truncada por el presidio.
Taher entró en prisión con 21 años para otros tantos (que hubiera acabado de cumplir dentro de seis meses) por disparar contra un asentamiento y tratar de matar a un policía israelí. Ahora tiene 42 años y un mensaje muy claro para el Gobierno israelí: "Los presos son la llave de la paz. Israel tiene que entender que no habrá paz sin liberar a los presos".
Uno de los reclusos liberados, a su llegada a territorio palestino. Foto: afp
Primera reunión inusualmente discreta
Israelíes y palestinos retomaron ayer en Jerusalén las negociaciones de paz por primera vez en tres años, en medio del pesimismo general y cumpliendo con la promesa dada a EEUU de ejercer la máxima discreción hasta el punto de que poco o nada se sabe del encuentro. Se trata de la primera reunión que celebran los negociadores de ambas partes desde la ronda preparatoria de Washington con la única certeza del plazo de nueve meses fijado para tratar de llegar a un acuerdo. Sin una agenda clara, israelíes y palestinos se reunieron ayer en Jerusalén para tratar de resolver su histórico conflicto por enésima vez, cinco años después del último intento serio bajo el gobierno del primer ministro israelí, Ehud Olmert. A primera hora de la tarde la parte palestina ignoraba aún la hora y el lugar de la cita, y fuentes oficiales palestinas revelaban que estaban pendientes de que los israelíes les convocaran, lo que da una idea del hermetismo en torno al proceso y dejaba en entredicho la propia celebración del encuentro. Según la radio pública israelí, la convocatoria tiene lugar esta tarde en Jerusalén y no se difundirán fotografías de la misma, en línea con la absoluta confidencialidad que desean las partes.