tokio. Japón presentó ayer su plan para reforzar el Ejército bajo el mandato del conservador Shinzo Abe, que busca enmendar la constitución pacifista del país e incrementar el presupuesto militar en un entorno marcado por el avance de la maquinaria bélica china. En su Libro Blanco de Defensa 2013, publicado ayer, el Gobierno nipón dedica la mayor parte de sus más de 400 páginas a China y denuncia un "preocupante" aumento de actividades marítimas "potencialmente peligrosas" por parte del país vecino. En consecuencia, Tokio pide a Pekín que respete las normas internacionales en referencia a las continuas intrusiones en aguas que Japón considera suyas en torno a los islotes Senkaku (Diaoyu en chino), cuya soberanía se disputan ambos países.
Entre septiembre del año pasado, cuando el Gobierno nipón nacionalizó el suelo de varias islas de ese archipiélago (lo que enfureció a Pekín), y el pasado abril se han producido 41 intrusiones de embarcaciones chinas, muy por encima de las cinco que Tokio detectó entre 2008 y 2012. "China está expandiendo su actividad y además hay falta de transparencia en cuanto al aumento de los presupuestos que invierte en su ejército, y eso es motivo de preocupación para la comunidad global", explicó en una rueda de prensa.