París. El grupo independentista Frente de Liberación Nacional Corso (FLNC), que el año pasado se atribuyó decenas de actos violentos contra residencias secundarias y comercios, se dijo ayer dispuesto a retomar las armas "por la situación eminentemente grave" que a su juicio atraviesa Córcega. En un comunicado difundido por el diario Corse Matin, el grupo denuncia los "efectos desastrosos" de la gestión estatal sobre la zona, y afirma que a menos que el Estado lo asuma y deje de desempeñar "un rol activo en la destrucción" de ese pueblo, retomarán las armas para que Francia reconozca sus "derechos nacionales". "Nunca se ha visto un caos semejante. Trabajadores honestos son amenazados, sus herramientas de trabajo destruidas y su vida a veces truncada", señala el FLNC en el texto, cuyo lanzamiento se ha hecho coincidir con la visita a la zona del ministro del Interior, Manuel Valls. El grupo denuncia que el Ejecutivo francés practica sobre Córcega desde hace 250 años una "gestión puramente colonial", que a su juicio ha instalado el nepotismo y el clientelismo como ejes del poder político.

"En tanto que movimiento político, hemos querido dar muestra de madurez" no apostando por la violencia "en este difícil periodo, pero esta desastrosa constatación nos lleva a reconsiderar el futuro", añade ese documento, que concluye con la cita "la razón es nuestra fuerza". Valls, que inició su visita el lunes, aseguró ante la prensa que el comunicado va a ser "analizado", pero que el Gobierno "jamás se dejará impresionar por las amenazas" y no se prestará a "la mínima negociación bajo el dictado de las amenazas y de las bombas".