ROMA. El líder del centroizquierda italiano, Pier Luigi Bersani, siente cada vez más de cerca la presión dentro de su formación, el Partido Demócrata (PD), para que acceda a dialogar con el ex primer ministro Silvio Berlusconi y así salir del bloqueo político que vive Italia.
Después de haber obtenido una victoria electoral por la mínima, Bersani ve cómo a medida que pasan los días se hace más evidente la fractura interna que existe en su formación y cómo su postura queda cuestionada, ya no solo por sus rivales políticos, sino también por compañeros de partido que hasta ahora habían defendido punto por punto su planteamiento.
HERIDA ABIERTA La herida abierta en el seno del PD ante la cerrazón de Bersani, después de haber obtenido unos resultados electorales peores de lo previsto que hacen que no tenga mayoría absoluta en el Senado, se desangra, sobre todo, en los periódicos italianos, foro que han encontrado destacados miembros del partido para desahogarse.
Si este sábado Dario Franceschini, líder del partido hasta la llegada de Bersani a la Secretaría General, abría la veda dentro del núcleo duro de la formación, ayer el actual portavoz del PD en la Cámara baja, Roberto Speranza, apuntalaba esta postura y aseguraba que Berlusconi está "legitimado" por los votos que su centroderecha ha obtenido para poder dialogar para la formación de un Gobierno.
Pero más sorprendente fue la declaración que publicó este sábado el diario italiano Il secolo XIX tras una supuesta charla con la presidenta del PD, Rosy Bindi, en la que aseguraba que "Bersani ya no sabe qué hacer y el partido está bloqueado, sin perspectiva", una declaración desmentida por la dirigente progresista que el rotativo ratifica.