Bilbao. Xabier Pikaza Ibarrondo (Orozko 1941), teólogo, exreligioso de la Merced, cree que este 2013, Bergoglio no figuraba en los planes de la prensa -que buscaba nombres sonados-, "pero estabas ahí, y casi todos nos alegramos de que te hayan sacado de tu piso de Buenos Aires para meterte un poco a la fuerza en ese gran caserón de Roma", afirma este católico al que le gusta Francisco, un hombre del pueblo.
Al Papa Francisco ya lo han definido como una contrafigura del pontífice saliente, como un antiRatzinger ¿Comparte esa visión?
Es evidente que es distinto. Ratzinger es un hombre más de libro, más de escritorio, de organización teológica de la Iglesia, este es un hombre práctico, de la vida real. Ha estado dirigiendo la Compañía de Jesús en Argentina y después en una diócesis conflictiva como la de Buenos Aires. Eso significa que ha vivido mucho más la práctica real de la Iglesia, los problemas concretos. En ese sentido, más que un anti, es un complemento. Da la impresión de que los cardenales han elegido al Papa que no se atrevieron hace ocho años.
¿Ha sido este cónclave una moviola del de 2005?
Los problemas que entonces había no están resueltos. Y el influjo del papado de Benedicto XVI, negativo en unas cosas y positivo en otras, ha llevado a una gran cantidad de cardenales a una solución distinta. No es lo que muchos hubiéramos querido porque no es un hombre radical, pero es un hombre de pueblo, que ha vivido los conflictos reales de una manera dolorosa en la dictadura argentina y en el cambio social que se está dando en América Latina. En ese sentido es una renovación que puede ser importante para la Iglesia.
¿Bergoglio va a dar un viraje a la Iglesia?
Sí, eso se vio claramente cuando salió al ventanal de San Pedro. No habló para nada como Papa, habló como obispo de Roma, lo de Papa viene después. Y antes de empezar bendiciendo desde arriba, lo que hizo fue pedirle a la gente que estaba en la plaza, que rezasen por él. En ese sentido, parece que invitará a los obispos de mundo a tratar de los problemas reales de sus diócesis. Un gran teólogo argentino, Ariel Álvarez, me acaba de decir que, en muchas cosas, no es lo que hubiéramos deseado, pero es un hombre del pueblo.
¿Tan cercano resulta?
Es un hombre que ha pateado las calles, ha caminado muchas villas miserias, conoce el dolor de la gente, y creo que tiene ideas nuevas. Francisco conoce bien la pobreza y eso Ratzinger no lo tenía. Nunca había vivido entre los marginados y los pobres.
¿Tiene una significación especial el hecho de que sea jesuita?
Eso es muy bueno porque significa que no es un hombre de partido, que no es de ningún grupo. Que es un espíritu de reforma. Y a los vascos nos recuerda a Ignacio de Loyola. Además quiero resaltar que ha optado por un nombre cordial. Ese signo de llamarse Francisco es una apuesta por el diálogo porque Francisco, el hermano de Asís, fue sin armas a dialogar con los musulmanes, en un tiempo de luchas armadas. Yo desde luego le doy un voto de confianza.
¿Los postulados clásicos van a cambiarse, el no a la ordenación de las mujeres, a los divorciados...?
Ese es un camino que no está resuelto en la Iglesia. No va a haber sorpresas inmediatas porque en la Iglesia el problema no es lo que diga el Papa sino la mentalidad de sus gentes. No es un momento de grandes cambios, pero la presencia de un Papa como él que no tiene prejuicios doctrinales, hará que las cosas se vayan viendo de otra manera como la ordenación ministerial de personas casadas y con el tiempo también de las mujeres. Eso será lento pero imparable. Y este Papa puede ser una puerta abierta en ese camino.
¿Cambiará la postura oficial sobre la homosexualidad?
Bergoglio no es contrario a los homosexuales. Lo que él ha hecho es oponerse al matrimonio entre homosexuales para que no se iguale al matrimonio heterosexual. La única discrepancia es la forma de entender la vinculación de dos personas del mismo sexo. Yo creo que la Iglesia puede y debe ofrecer pronto la bendición a las personas del mismo sexo. Y en ese sentido, creo que abrirá un camino este Papa. Otra cosa es si se debiera llamarle matrimonio o no.
¿Cree que podrá limpiar la curia?
Ayer lo primero que pensé es Dios dale fuerza para que limpie y barra esta curia. Dicen que él vivía en Buenos Aires de forma humilde en un piso. El Papa tendría que salir de El Vaticano, que ha marcado durante seis siglos un tipo de vida, de estructura y de organización y no sé si eso lo podrá hacer inmediatamente. Dicen que es un hombre hábil y tendrá que hacerlo. Pero sobre todo lo que yo quiero es transparencia.
El cónclave no es un ejemplo de transparencia.
No, es una institución medieval. No me gustan los secretos del cónclave. Las cosas tienen que hacerse con luz y taquígrafos. Solo hay que respetar lo confidencial. Todo el resto tiene que poder saberse. El conclave debería haber sido abierto y saber lo que piensa cada cardenal. Lo primero que tendrá que hacer es abrir las puertas para que se sepa y para que se dialogue. Ayer habló como obispo de Roma y yo creo que eso significa que está animado a enflaquecer al curia, a que no sea un superepiscopado mundial. Y la mayoría de las cosas que hace la curia vaticana tienen que desaparecer, no cambiar. Porque la vida cristiana se juega en cada parroquia, en cada diócesis, en cada grupo de cristianos... No sé si lo logrará hacer.
Al final se han frustrado las expectativas de la Curia en sus pretensiones de colocar a uno de los suyos.
Creo que él es un hombre moderado que no hará grandísimos cambios pero que sí hará reformas. Hasta ahora en la Iglesia, desde el Vaticano II se han hecho grandes cambios. Reforma bíblica, teológica, lo único que no ha cambiado es el Derecho Canónico que también tiene que cambiar. En este sentido, habrá que reinterpretar lo que se llama la potestad suprema del Papado. No es potestad de mandar sobre las iglesias sino ser signo de unidad eclesial.
¿Y la cuestión de la infalibilidad?
También deberá cambiar la visión de la infalibilidad. Debe de representar a la Iglesia concreta donde el Obispo de Roma tiene una función de fraternidad, de confianza... en un mundo donde todo se discute, donde todo se puede someter a votación, la Iglesia dice que hay algo que va a misa, que es el amor mutuo, que es la presencia de Dios en la vida, que es la esperanza... Y eso es una especie de declaración de piedad cristiana tradicional.
La Iglesia ocupa estos días las portadas, es el centro de la noticia ¿se lo podía esperar?
Es que el tema de la noticia papal de la Iglesia ha podido ser engañoso, porque el Papa y la Iglesia interesan como novedad curiosa (casi folclórica), no como realidad de Evangelio, ni por su hondura y actualidad constantes de personas que oran, se quieren y esperan.