El cairo. Tres días después de que se celebrara la segunda y última fase del polémico referéndum constitucional, la Comisión Electoral egipcia hizo oficiales ayer los resultados: un 63,8% votó a favor del texto redactado por los islamistas frente a un 36,2% que lo hizo en contra. La participación electoral, en tanto, fue del 33% de los 52 millones de votantes habilitados. En una rueda de prensa, el presidente de la comisión, Samir Abu al Maati, hizo público el resultado definitivo, que coincide con el divulgado el fin de semana por los Hermanos Musulmanes.

Al Maati subrayó que la consulta se celebró bajo una supervisión judicial completa, pese a que algunas asociaciones de jueces decidieron boicotear la cita electoral en protesta por las últimas decisiones del presidente Mohamed Mursi. En este sentido, consideró que las denuncias de que los jueces no supervisaron totalmente la votación son "infundadas" y apuntó que también se permitió la presencia de organizaciones de la sociedad civil en los colegios.

Al Maati señaló también que se han estudiado todas las denuncias de fraude, pese a "la poca seriedad de algunas de ellas", y que las supuestas violaciones han sido investigadas por la Fiscalía General. El Frente de Salvación Nacional (FSN), que aglutina a gran parte de la oposición no islamista egipcia y rechaza el proyecto de Carta Magna, afirmó el pasado domingo que hubo fraude en la votación. El FSN pidió a los egipcio votar no en la Constitución porque opina que la redacción del borrador de la Constitución estuvo monopolizada por los islamistas y alega que recorta derechos y libertades, además de abrir la puerta a una interpetación islamistas de la ley. Los temores surgen de que la controvertida Constitución dará a los estudiosos del Islam más influencia.

Aunque el artículo 2 de la Constitución finalmente se mantiene como en la anterior Carta Magna de 1971 y establece que "los principios" de la sharia "son la fuente principal de la legislación", otra cláusula amplía la interpretación de estos principios y su posible aplicación.

La aprobación del texto supone una victoria de los islamistas, pero la profunda división generada en la sociedad egipcia complica que se alcance estabilidad y consenso a corto plazo. De hecho, antes de conocerse los resultados oficiales, el Movimiento 6 de abril llamó a manifestarse el 25 de enero, en el segundo aniversario de la revolución, contra la nueva Constitución. Tras la aprobación del texto, en dos meses deberá ser elegido un nuevo Parlamento, y se espera que la fecha de las elecciones se anuncie en los próximos días. El primer Parlamento elegido tras la primavera árabe, en el que los islamistas contaban con la mayoría, fue sido disuelto por un tribunal a mediados de año.