Jerusalén. Según explica Manu Pineda, "ahora hacemos en Gaza lo que solía hacer el International Solidarity Movement (ISM); es decir, hacer de escudos humanos acompañando a pescadores y agricultores palestinos que son disparados mientras hacen su trabajo". Este ferroviario malagueño partió a Gaza, por tercera vez, hace aproximadamente un mes y medio con la idea de impulsar la creación de una sede de Unadikum, la asociación creada por él, en la franja palestina. La noche anterior de partir de vuelta a Málaga, una bomba cayó a 500 metros de donde cenaba con una familia local. La explosión había matado a Ahmed Jabari, jefe del ala militar de Hamás, que desembocó en la operación israelí Pilar Defensivo. Manu decidió quedarse.
¿Veían venir los gazauis con antelación la nueva operación israelí?
Ha sido una guerra anunciada. En julio ya oía en Gaza que la historia de Plomo Fundido se iba a repetir, incluso le ponían el nombre de Plomo Fundido II. Yo tenía pensado venir más adelante, pero una compañera italiana me escribió un mensaje a principios de octubre avisándome de que el ataque de Israel estaba próximo y tenía que ir. Los gazauis comentaban las posibles fechas: después de las elecciones americanas, para no distraerlos, y antes de las israelíes, porque el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, necesitaba un éxito bélico.
¿Existe algún sitio seguro en Gaza donde refugiarse?
Con un humor muy negro, los palestinos bromean diciendo que cuando Israel bombardea, no debes correr ni esconderte, porque tienes las mismas posibilidades de morir en cualquier parte. La primera noche que pasé en Gaza, hace dos años, estaba cenando con una familia cuando, de pronto, se escuchó un bombazo muy cerca. Yo pensaba que teníamos que salir corriendo, pero la familia no levantó la cabeza del plato. Me dijeron: "No se puede hacer nada. Esta vez no nos ha tocado y ya está". Un rato antes de que se firmase la tregua, estuvimos visitando colegios de la UNRWA-la agencia de la ONU para los refugiados palestinos-, donde se estaba refugiando la gente del norte. Pero todo el mundo se acuerda de que durante la operación 'Plomo Fundido' se bombardearon estas escuelas. No existe un sitio seguro.
¿Consideran los gazauis que han salido victoriosos de esta guerra?
Desde luego. Netanyahu, que venía a buscar una victoria bélica de cara a sus elecciones, se ha dado cuenta de que no iba ser un paseo como el de la operación Plomo Fundido, y al final ha tenido que hacer hasta concesiones políticas al gobierno de Gaza. No podemos medir la victoria por el número de muertos porque los muertos siempre los ponen los palestinos. Pero la población ve que, en el acuerdo de alto el fuego, los palestinos no hacen ninguna concesión (aparte de dejar de disparar) y los israelíes conceden libertad de movimiento, y lo ven como una victoria.
¿Existe apoyo en la calle gazaui al gobierno de Hamás? ¿Ha cambiado tras la reciente operación israelí?
La gente estaba muy descontenta con la gestión gubernamental de Hamás, al que yo veo como claro ganador de lo sucedido. Ahora muchísima gente apoya a Hamás porque lo ve como el vencedor frente a Israel, pero la resistencia no se puede identificar solo con Hamás; también han trabajado la Yihad Islámica y el Frente Popular, entre otros, y es Hamás el que lo está capitalizando y el que le sacaría rentabilidad si alguna vez se celebran elecciones aquí.