Gaza. La población de Gaza se prepara para lo peor e hizo ayer acopio de víveres y combustible ante el temor de una posible incursión terrestre israelí en la franja que la deje aún más aislada y desabastecida, cuando la ofensiva militar Pilar Defensivo entró en su cuarto día con un saldo de 39 muertos y la destrucción del cuartel general de Hamás. Desde primera hora de la mañana, largas colas de coches y de peatones cargados con botellas y bidones se acumulaban en las gasolineras que habían recibido combustible, ante la preocupación de muchos de que quizás hoy no haya donde comprarlo. Los bombardeos nocturnos de la aviación israelí contra la zona de Rafah, en el sur de la franja y donde están los túneles que conectan el territorio con Egipto -por los que entra gran cantidad de productos-, han hecho temer a la población que en los próximos días pueda haber un desabastecimiento general.

Y no es para menos. La ofensiva israelí en Gaza se intensificó ayer dejando la vida a otras 10 personas y el bombardeo de varios edificios del gobierno de Hamás, incluidas las oficinas del primer ministro, Ismail Haniye. Aviones israelíes intensificaron sus bombardeos desde la madrugada y atacaron al menos 180 objetivos en distintos puntos de la franja, que provocaron ocho muertos, a los que se sumaron otros dos que fallecieron por heridas de gravedad en ataques previos.

Por su parte, las milicias palestinas dispararon ayer contra Israel 79 cohetes, de los que 19 fueron derribados en el aire por la batería anti-misiles Cúpula de Hierro, según datos del Ejército israelí.

Uno de ellos hizo blanco en un edificio de la ciudad de Ashdod, unos 30 kilómetros al norte de la franja, aunque también fueron alcanzadas la comunidad cooperativa Beer Tuvia y el Consejo Regional de Eshkol, entre otros. En Gaza capital, entre las cuatro y las cinco de la mañana el sonido de las bombas cayendo era constante.

A primera hora de ayer, un hombre falleció en un bombardeo aéreo israelí al este de la localidad de Jan Yunes, mientras otros tres murieron en un ataque similar al este del campo de refugiados de Al-Mughazi, según Ashraf Al-Qedra, portavoz del Ministerio de Sanidad en Gaza. Además, otras cuatro personas murieron a primera hora en otro bombardeo de la aviación israelí al este de la ciudad de Rafah, en el sur de la franja. Al-Qedra explicó que hasta la pasada medianoche, la cifra total de muertos era de 29, y que a lo largo de la jornada ascendió a 39. La sede de las oficinas de Haniye quedó completamente derruida y a primera hora aún se podían apreciar cascotes humeantes y escombros sobre los que la población había colocado cuatro banderas palestinas.

Algunos curiosos se acercaron a la zona, que vigilaban varios hombres de Hamás armados, mientras que el suministro eléctrico alrededor de la sede gubernamental quedó interrumpido y desde primera hora era perceptible el vuelo de los "drones", aviones no tripulados de la aviación israelí.

apoyo de túnez La sede bombardeada era donde las autoridades de Hamás tenían previsto recibir ayer al ministro de Exteriores de Túnez, Rafiq Abdel Salam, que visitó la franja como muestra de solidaridad siguiendo los pasos, ayer, del primer ministro egipcio, Hisham Qandil. "Lo que se le ha permitido a Israel hacer en Gaza en el pasado ya no se le va a permitir, a causa de los cambios en el mundo árabe", dijo Abdel Salam en el hospital Shifal.

El Gobierno de Hamás dijo en un comunicado que la destrucción de oficinas y sedes gubernamentales no impedirá al Ejecutivo "seguir llevando a cabo sus actividades y servir a la población". "El pueblo palestino y su resistencia se están defendiendo empleando todas las armas a su alcance. Estamos tan orgullosos de nuestra determinación y resistencia, que serán las que ganen la batalla al final", reza el comunicado.

Según fuentes oficiales palestinas, entre los blancos atacados en las últimas horas se encuentran la sede del Gobierno de Hamás en Gaza, el estadio Palestina y un centro de deporte y juventud adscrito al Ministerio de Deporte, así como el complejo central de la Policía de Hamás en Gaza y otras comisarías. El portavoz de Hamás en Gaza Sami Abu Zuhri advirtió que Israel "pagará un alto precio por sus crímenes" y que "ha sobrepasado todas las líneas rojas".

Por su parte, el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, pidió ayer revisar todas las iniciativas árabes propuestas para poner fin al conflicto con Israel. Al inicio de una reunión extraordinaria de los ministros árabes, Al Arabi destacó que "los crímenes de Gaza no deben pasar sin un castigo porque son crímenes de guerra" y consideró que los últimos actos de violencia son "otro de los capítulos de la ocupación israelí". "No habrá paz ni estabilidad mientras continúe la ocupación israelí", destacó el secretario general de la Liga Árabe, que consideró que el tema palestino "sigue siendo la principal causa de la región" y pidió la unión de las facciones palestinas.