Gaza. El primer ministro egipcio, Hisham Qandil pidió ayer al mundo que presione a Israel para conseguir un alto el fuego, en lo que supuso la visita de mayor importancia efectuada a Gaza desde la toma del poder por parte de Hamás en 2007. Qandil estuvo en la franja apenas tres horas, en las que pasó por el hospital Shifa de la ciudad de Gaza en compañía de su colega de Hamás, Ismail Haniye, y en las que fue vulnerado el acuerdo de tregua temporal acordado por las partes.
El jefe del Gobierno egipcio, que abandonó la zona después de los rezos del mediodía, fue testigo de los enfrentamientos entre Israel y las milicias palestinas porque el alto el fuego se rompió casi desde un principio, primero por los milicianos y posteriormente por el Ejército israelí. Mientras Qandil visitaba el hospital, el portavoz del Ministerio de Sanidad de Hamás, Ashraf al Qedra, denunció que Israel mató a un joven de 19 años e hirió a otras tres personas en un ataque aéreo en el norte de Gaza.
Según el Ejército israelí, las milicias palestinas dispararon más de 50 cohetes en el tiempo que duró la visita de Qandil, a quien hoy, seguirá el ministro tunecino de Asuntos Exteriores, de Rafik Abdelsalam, cuyo país también está gobernado por un partido islamista. El jefe del Gobierno egipcio señaló que su país "está al lado de sus hermanos en Palestina" y anunció nuevas "visitas, oficiales y no oficiales".
"No podemos callarnos ante esta tragedia y todo el mundo tiene que asumir su responsabilidad. Israel tiene que respetar los tratados internacionales que ha firmado", agregó Qandil en una comparecencia ante los medios junto a Ismail Haniye. El primer ministro subrayó además que su visita es una "muestra de solidaridad", pero también de "apoyo físico".
"Estamos tratando de lograr un alto el fuego duradero hasta que se logre una paz global y justa. Éste es el único camino para lograr tranquilidad y estabilidad en la región", agregó antes de "recordar a todo el mundo que Palestina es el único sitio del mundo bajo ocupación y bloqueo". Asimismo, llamó a las facciones palestinas a "unirse para poner fin a sus disputas y divisiones porque el poder del pueblo palestino procede de su unidad".