París. La "reorientación de Europa" es prioritaria para el presidente francés, François Hollande, quien dijo ayer en una comparecencia pública que además pretende hacer reducir la deuda de su país y hacer que éste recupere su competitividad. El jefe del Estado aseguró además, en una esperada conferencia de prensa, la primera en sus seis meses en el cargo: "Vivimos más que una crisis, (es) un cambio del mundo".

"Mi misión es recuperar el crecimiento y reducir el paro", añadió el presidente, que abrió su comparecencia ante la prensa con una declaración, para someterse después a las preguntas de casi cuatrocientos periodistas. La intervención duró dos horas y media.

El jefe del Estado pidió a los franceses que se le juzgue por los resultados que obtenga al final de su mandato en esos dos ámbitos.

Hollande subrayó que, desde su investidura el pasado 15 de mayo -tras vencer a su predecesor, el conservador Nicolas Sarkozy-, "se han cumplido muchos compromisos" de los que asumió durante la campaña electoral, y mencionó especialmente los relacionados con "el restablecimiento de las cuentas públicas".

"Reorientación de Europa" En relación con la situación en la Unión Europea, Hollande estimó necesaria una "reorientación de Europa, para salir de la crisis lacerante de la zona euro".

Mencionó sus posiciones previas a asumir el cargo, cuando defendía una reforma del Pacto de Estabilidad alcanzado en la UE para completarlo con medidas que favorecieran el crecimiento y estimó que con las decisiones del Consejo Europeo del 29 de junio se cumplieron sus expectativas. "En ese momento consideré que el Tratado Europeo se había renegociado", defendió.

Hollande agregó que, en su opinión, la segunda etapa de la reforma de ese pacto, que atacó duramente durante la campaña que le llevó a la presidencia y que prometió renegociar, se cumplió el pasado 18 de octubre, "con la unión bancaria que mañana permitirá la recapitalización directa de los bancos. "Eso todavía llevará tiempo, pero el camino está abierto", aseguró.

El presidente aludió a la situación en Grecia y defendió que la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional den su apoyo a ese país: "Se les debe", agregó sobre la nación griega.

François Hollande reconoció que su país vive una etapa difícil de crisis y aseguró que lograr crecimiento económico y combatir el paro serán claves en su mandato porque "la decadencia no es el destino de Francia".

El jefe del Estado defendió las medidas que su Gobierno anunció durante los últimos meses para combatir las consecuencias para Francia de la crisis económica mundial y consideró que no ha modificado sus prioridades desde que está en el cargo.

"Lo que me importa es saber si lo que hago es útil, eficaz y justo", señaló el presidente, que trufó de frases solemnes una declaración muy esperada después de la continuada caída de su popularidad en los sondeos de opinión entre sus conciudadanos. La aprobación de la gestión de Hollande y del Gobierno que dirige Jean-Marc Ayrault se sitúa bien por debajo del cincuenta por ciento de los franceses, que han descubierto en los últimos meses el impacto que la crisis económica está teniendo en su país.

Hollande renovó su confianza en Ayrault -a quien la oposición y numerosos analistas le han reprochado cierta falta de control interno de sus ministros- y dijo que eligió al primer ministro porque confía en él: "Es serio, leal, dedicado a la causa pública, (...) sabe lo que significa dirigir" Pero el presidente reconoció que "para que Francia tenga peso, hace falta que sus cuentas estén en orden", referencia que repitió a lo largo de la rueda.