Washington. El comandante en jefe de las tropas de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán, el general John Allen, también podría estar implicado en un escándalo extramatrimonial, más concretamente con la mujer cuya amistad con David Petraeus habría provocado los celos de la amante de éste y, en consecuencia, los correos electrónicos comprometedores que condujeron finalmente a la dimisión del director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Según informó ayer el Pentágono al diario The Washington Post, la Policía Federal de Estados Unidos (FBI) ha descubierto entre 20.000 y 30.000 páginas de documentos -la mayoría correos electrónicos- con contenidos "potencialmente inapropiados" entre el general Allen y Jill Kelley, una voluntaria social de 37 años, vecina de Tampa, situada en el estado de Florida, con fuertes vínculos familiares con militares de la Base Aérea de MacDill.

El general Allen, perteneciente al cuerpo de los Marines, había sucedido precisamente al general Petraeus como comandante en jefe en Afganistán en julio de 2011, cuando éste segundo asumió la dirección de la CIA, que ahora ha dejado.

El FBI notificó el pasado domingo al Pentágono sus investigaciones sobre los correos entre Allen y Kelley, según indicaron las citadas fuentes de Defensa, citadas ayer por el diario estadounidense. En respuesta, el secretario de Defensa, Leon Panetta, ordenó una investigación al departamento correspondiente del Pentágono, aunque precisó, en un comunicado, que Allen podrá seguir al frente de las fuerzas de la OTAN y Estados Unidos en Afganistán, "dado que el asunto está siendo investigado y a la espera de que se determinen los hechos", agregó.

No obstante, según The Washington Post, el plazo va a ser corto, ya que el propio Panetta ha pedido al Senado que confirme al general de los Marines Joseph Dunford como nuevo comandante en jefe en Afganistán, cargo para el que había sido nombrado el pasado mes de octubre por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. La confirmación podría producirse mañana mismo.

El general Allen fue nombrado por la Casa Blanca para ejercer de comandante supremo aliado de la OTAN en Europa, pero el propio Panetta advirtió de que este nombramiento está pendiente del resultado de las investigaciones. El jefe del Pentágono también anunció que se ha informado a la Casa Blanca y a las dos Cámaras del Congreso de las investigaciones abiertas que están llevando a cabo el FBI sobre Allen, el cual, aseguró, disfrutará de un "debido proceso".

El Pentágono no ha querido precisar la naturaleza de las supuestas relaciones entre Kelley y Allen. No obstante, un responsable del Departamento de Defensa próximo al general negó en declaraciones al periódico de Estados Unidos que se tratase de "relaciones inapropiadas".

"Él nunca llegó a estar a solas con ella", aseveró el alto responsable, cuyo nombre no se cita. Jill Kelley y Kathy Allen, la esposa del general, son "buenas amigas" y ambas están "avergonzadas" por toda esta historia, agregó.

El mismo responsable del Pentágono puso en duda el volumen de las comunicaciones de que ha informado el propio departamento de Defensa y aseguró que todo se limitó a "unos pocos cientos de correos electrónicos a lo largo de dos años", la mayoría de ellos sobre "asuntos rutinarios".