Beirut. Después de que el lunes se desplegara por la calles de Líbano, el Ejército logró restaurar ayer la calma en la mayoría de las regiones del país, aunque la situación continúa tensa en la ciudad septentrional de Trípoli y se mantiene el pulso político entre el Gobierno y la oposición. Los militares libaneses desplegaron tanto unidades móviles como fijas, apoyadas por tanques, y establecieron controles en las principales arterias de Beirut con el objetivo de evitar nuevos estallidos de violencia entre las diferentes comunidades del país.

Una relativa tranquilidad prevalecía ayer en la capital, aunque algunos medios de comunicación libaneses informaron de que se escucharon disparos durante el funeral de un palestino fallecido el día anterior en un choque con los uniformados. Los disturbios se extendieron por el país después del asesinato en un atentado con coche bomba del jefe de la Inteligencia de la policía libanesa, Wasim al Hasan, el pasado viernes, pero la intervención del ejército el lunes consiguió amainar los ánimos. La situación es más grave en Trípoli, donde persiste la inestabilidad con disparos esporádicos de francotiradores en algunos de los barrios que son escenario de choques, los últimos del conflicto que mantienen los partidarios y detractores del régimen sirio en esta ciudad.

Los enfrentamientos entre los vecinos de los barrios de Bab al Tebaneh, de mayoría suní, y los de Yabal Mohsen, de predominio alauí (corriente chií a la que pertenece el presidente sirio, Bashar al Assad), prosiguieron hasta bien entrada la noche del lunes, aunque cesaron la mañana de ayer. Al menos dos personas resultaron ayer heridas en Trípoli por los disparos de francotiradores en los ejes que comunican estos barrios, según la Agencia Nacional de Noticias (ANN), que señaló que el Ejército efectúa pesquisas y persigue a las personas armadas en dichas áreas.

Por su parte, la televisión LBC informó de que dos personas murieron la noche del lunes en Trípoli durante enfrentamientos y de que una mujer herida por un francotirador en Yabal Mohsen falleció en la jornada de ayer. De acuerdo al saldo total de víctimas facilitado a Efe por fuentes policiales, desde el viernes, cuando fue perpetrado el atentado contra Al Hasan, han muerto diez personas y 28 han resultados heridas en esta ciudad, mientras que en Beirut se ha registrado un muerto y catorce heridos. Las Fuerzas Armadas libaneses han advertido de que reprimirán cualquier intento de desestabilización del país y de que la seguridad es una "línea roja". También han asegurado que impedirán que el Líbano se transforme de nuevo en un campo de batalla para el ajuste de cuentas regionales, en alusión a la extensión del conflicto sirio.

Exigencias de dimisión En el plano político, los opositores que exigen la dimisión del Gobierno de Nayib Mikati, formado principalmente por miembros del grupo prosirio 8 de Marzo, liderado por el grupo chií Hizbulá, mantienen sentadas frente a la sede del Ejecutivo en Beirut y cerca de la casa del primer ministro en Trípoli. La oposición libanesa, encabezada por Saad Hariri, acusa a Mikati de encubrir al régimen sirio, al que atribuyen la muerte de Al Hasan y de todas las personalidades antisirias asesinadas entre 2004 y 2008, entre ellas el ex primer ministro Rafic Hariri.

Entre los diputados libaneses de la coalición opositora 14 de Marzo, varios denunciaron ayer que han sido víctimas de amenazas de muerte a través de mensajes a sus móviles enviados desde un teléfono sirio. El parlamentario Amar Huri precisó que después del atentado recibió un mensaje que decía "Felicidades, la cuenta atrás comenzó con uno de los diez que serán eliminados", que también fue enviado a otros diputados opositores como Ahmad Fatfat, Hadi Hobeich y Nuhad Machnuk.

Boicot parlamentario Los diputados de la oposición libanesa han decidido boicotear las actividades parlamentarias y oficiales que estén asociadas con los miembros del Gobierno de Mikati. Ante esta división política, el presidente del país, Michel Suleiman, intensificó ayer sus contactos con los políticos de todas las tendencias para tratar de reanudar la mesa del diálogo con miras a encontrar una solución a la crisis que atraviesa el Líbano.

"Los libaneses deben mostrar que tienen el sentido de la responsabilidad para franquear este periodo crítico y evitar las eventuales repercusiones de las crisis regionales", manifestó Suleiman. El mandatario libanés recibió ayer a la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Catherine Ashton, quien advirtió contra el "vacío político" que podría originarse en el Líbano si dimite Nayib Mikati.

La jefa de la diplomacia europea manifestó durante su visita "el apoyo de la Unión Europea a la independencia y estabilidad del Líbano y a las medidas del Gobierno para controlar la situación", al tiempo que instó a "tomar decisiones que conduzcan al establecimiento de la paz y la resolución de los problemas".