Nueva Delhi. El primer ministro paquistaní, Raja Pervez Ashraf, habló ayer de "mojigatería" al referirse al vídeo blasfemo contra el profeta Mahoma producido en EEUU. Su gobierno también podría ser acusado de beatería, sobre todo tras haber proclamado este viernes "Día de la expresión del amor al profeta", después de que los islamistas convocaran protestas para el mismo día. Todos en Pakistán saben que las manifestaciones no suelen estar dominadas por el amor, sino más bien por la violencia. El gobierno de Ashraf llamó a la tranquilidad y la Policía cerró tras el rezo de los viernes las calles de entrada a la capital, Islamabad, lo que no pudo evitar los brotes violentos. Los manifestantes intentaron acceder a la custodiada embajada de Estados Unidos en la capital y rompieron los cordones de seguridad. La Policía empleó por su parte gas lacrimógeno y el Ejército fue puesto en alerta. En Peshawar, los manifestantes incendiaron varios cines y un trabajador de un canal de televisión murió a causa de un tiro. También se registraron enfrentamientos en otras partes del país, donde decenas de miles de personas salieron a las calles. Según varios medios de comunicación, en Karachi murió un policía mientras los manifestantes intentaban entrar en el consulado estadounidense de la mayor ciudad del país. Y en Lahore también se registraron enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad. Una vez más dieron la vuelta al mundo las fotos y vídeos de turbas enfurecidas que desde hace años empañan la imagen de Paquistán. Por su parte, el gobierno estadounidense intentó contrarrestar lo que se avecinaba. En un paso poco habitual, compró por 50.000 euros espacios de emisión en las cadenas de televisión paquistaníes para emitir un mensaje subtitulado en la lengua local, el urdu. En él, el presidente Obama habla de la tolerancia de EEUU a todas las religiones, mientras la secretaria de Estado, Hillary Clinton subraya que "el gobierno no tiene nada que ver con ese vídeo".