VIENA. El dibujante danés Kurt Westergaard, cuyas caricaturas de Mahoma causaron hace siete años una oleada de protestas violentas en el mundo musulmán, advertía ayer de que los occidentales no deben censurarse a sí mismos por temor a ofender las sensibilidades islámicas. Westergaard, cuyos dibujos en el diario danés Jyllands-Posten estuvieron a punto de costarle la vida en 2010, declaró a la revista austríaca News que no lamenta lo que hizo y que su libertad de expresión es demasiado valiosa para renunciar a su trabajo. Las protestas devinieron en asaltos a embajadas danesas en varios países, que se repitieron durante dos años y segaron la vida de 48 personas. "¿Deberíamos permitir en el futuro que nos censuren las autoridades islámicas de países profundamente antidemocráticos? ¿Se les debe permitir que, en el futuro, le digan a la canciller alemana a quién se debe respetar y a quién no?", declaró, en referencia a unas declaraciones de Merkel sobre su trabajo.
Westergaard, de 77 años, vive en un constante temor por su vida. Su vivienda se han convertido en una fortaleza, con una comisaría de Policía en el jardín y con escoltas que le acompañan a él y a su esposa en el asiento de atrás de un automóvil acorazado. Medidas que no pudieron evitar que en 2009 un joven musulmán penetrara en su domicilio y le amenazara con un hacha.