GINEBRA. Más de 100.000 personas abandonaron Siria para refugiarse en los países vecinos en agosto, el mayor éxodo mensual desde que comenzó el conflicto en marzo de 2011, anunció ayer el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). "Si tenemos en cuenta que el número total de refugiados registrados es de 235.000, la cifra de 100.000 personas es realmente sorprendente", aseveró la portavoz del ACNUR, Melissa Fleming.
El éxodo continúa en septiembre, con más de 1.000 sirios al día que cruzan la frontera sur del país para buscar refugio en Jordania, mientras que en la frontera norte más de 8.000 personas esperan a que las autoridades turcas les dejen entrar. "Mil personas es una cifra altísima, pero tenemos que decir que esperamos que el flujo sea aún mayor", alertó Fleming.
Por otra parte, la portavoz consideró que el problema de los desplazados internos -que son más de 1.500.000- "es trágico", es por ello que además de intentar ayudarlos, el ACNUR entrega a las familias dinero en metálico para que intenten encontrar un alojamiento que alquilar y abandonar así los edificios públicos, especialmente escuelas, donde se refugian. Fleming explicó que según su experiencia con los refugiados iraquíes en Siria, la entrega de dinero en metálico es una buena solución "que funciona".
Hasta la fecha, 730 familias sirias desplazadas han obtenido el dinero en metálico, pero se espera que este programa alcance a las 35.000 familias, unas 200.000 personas. Precisamente, el Programa Alimentario Mundial (PAM) anunció ayer que pretenden entregar comida a un millón y medio de personas desplazadas internas en su propio país.
En la última campaña, el PAM logró distribuir alimentos a más de 800.000 personas. Por ahora, la agencia se centra en Alepo, en el norte de Siria, y alrededores donde más de 264.000 personas se refugian en edificios públicos, como escuelas, mezquitas, y universidades. Por otra parte, el PAM ha establecido en Damasco un depósito de carburante con 150.000 litros de fuel a disposición de la población civil. En Líbano, donde no hay campos de refugiados, el ACNUR está estableciendo centros de registro móviles para poder tener un conocimiento más cercano de los sirios que allí se han establecido. Según el PAM, el 65 % de los sirios refugiados en Líbano son mujeres y menores de edad. El ACNUR alertó también de que los refugiados iraquíes que hasta ahora residían en Siria están retornando a su país en números cada vez mayores porque la situación de seguridad ha empeorado, no solo por la guerra civil, sino porque se han registrado casos de secuestro y asesinato.