moscú. Siete soldados de la guardia fronteriza rusa murieron ayer a manos de un compañero, a su vez abatido, en la república norcaucasiana de Daguestán, en la frontera con Azerbaiyán. "Un soldado profesional de la guardia fronteriza abrió fuego contra dos compañeros que hacían guardia a la entrada de los cuarteles", informó un portavoz del Ministerio de Interior de la república, citado por la agencia Interfax.
Acto seguido el asesino se adentró en el cuartel, donde tiroteó a otras cinco personas antes de morir bajo fuego cruzado. Otros tres soldados del puesto fronterizo próximo a la localidad de Belidzhi resultaron heridos en el tiroteo.
Según Interfax, el homicida "se apellidaba Alíyev" y tenía 31 años.
Un suceso similar sacudió recientemente la vecina Kazajistán, donde un guarda fronterizo confesó el asesinato de catorce de sus compañeros y de un cazador en un puesto montañoso situado en la zona limítrofe con China, aunque su confesión suscitó dudas de haber sido arrancada bajo presión.
Según la Fiscalía general kazaja, el asesinato tuvo lugar el 28 de mayo pasado en el puesto fronterizo de Arkankerguen, cuando Vladislav Chelaj, de 19 años, hacía guardia frente al barracón de madera situado a más de mil metros de altura y donde vivían un oficial, tres militares profesionales y once reclutas.
Según la versión oficial, primero mató al centinela que le acompañaba y le arrebató el fusil automático, tras lo cual regresó al barracón y acribilló al resto de guardas fronterizos, que dormían plácidamente y desarmados en sus camastros. Seguidamente, mató al cazador que vivía en una casa de madera en las inmediaciones, quemó todas las instalaciones del cuartel, se vistió de paisano y abandonó el lugar del siniestro.