amman. El Gobierno de Jordania concedió ayer asilo político a un piloto desertor sirio, una decisión que apunta a una mayor implicación de este país en el conflicto que desangra Siria y en su trato con los opositores. Desde el inicio de la revuelta contra el régimen sirio de Bachar al Asad en marzo de 2011, Jordania ha tratado de mantener un perfil bajo evitando interferir en los asuntos internos de su vecino y abogando por una solución política al conflicto. La decisión de dar asilo político al disidente, el coronel Hasan Muri Hamada, que aterrizó hoy de emergencia en Jordania, puede suponer un cambio en su postura hacia la crisis siria, de la que teme sus consecuencias y que le ha afectado económicamente con la llegada de miles de refugiados.
Una fuente oficial, que pidió el anonimato, aseguró que "las autoridades jordanas han hecho lo correcto al otorgar asilo político al piloto en cumplimiento de los convenios internacionales", pese al rechazo que esta medida suscita en Damasco. Ammán no teme la ira del régimen de al Asad ya que, según la fuente, Siria "no está en condiciones de tomar represalias contra Jordania debido a su aislamiento global y su vacilante control de la situación interna". "La deserción de un alto mando del Ejército ayuda a enviar un mensaje al mundo de que el régimen sirio está perdiendo a sus seguidores más cercanos" agregó.
El coronel Hamada desertó ayer a bordo de un avión de combate de fabricación rusa Mig 21 cuando efectuaba un vuelo de entrenamiento en el sur de Siria, cerca de la frontera con Jordania. Las autoridades jordanas le permitieron aterrizar de emergencia en la base aérea Rey Husein, cerca de Mafraq, a unos 60 kilómetros al este de Ammán. La respuesta del régimen de Damasco no se hizo esperar, y el Ministerio de Defensa calificó al piloto de "traidor a la patria y al honor militar" y aseguró que se adoptarán contra él sanciones, mientras trata con Jordania la recuperación del avión.
equidistancia de jordania Jordania mantiene hasta ahora sus fronteras abiertas a los sirios que huyen del país en busca de refugio, y acoge en su territorio a cientos de exmiembros de las Fuerzas Armadas sirias que han desertado durante el conflicto.
El reino hachemí ha tratado de evitar que la crisis siria le salpique y se ha abstenido incluso de considerar como refugiados a los cerca de 120.000 sirios que han cruzado la frontera o de aplicar las sanciones contra Damasco aprobadas por la Liga Árabe.
En cuanto al asunto en torno a las sanciones, Jordania se ha escudado en que esas medidas dañarían su economía y actividad comercial con los países de la región, debido a que la mayoría de las exportaciones pasan por territorio sirio.
Según dijo Ali Abul Sukar, jefe del Frente Nacional de Jordania en apoyo al pueblo sirio, "las autoridades jordanas intentan mantener una postura intermedia ante las dudas de que el régimen sirio caiga". Pese a esta aparente neutralidad, el primer ministro jordano, Fayez Tarauneh, reiteró la semana pasada que su país no interferiría en los asuntos internos sirios, pero instó a una "solución política" en cooperación con los esfuerzos regionales e internacionales.
Por otro lado, cabe destacar que un centenar de personas murieron ayer a causa de los intensos bombardeos de las tropas del régimen sirio contra los feudos opositores de Homs (centro), Deraa (sur) y la periferia de Damasco, según informaron varios grupos de la oposición.