Oslo. Varios expertos que examinaron al ultraderechista Anders Behring Breivik descartan que el autor confeso de los atentados de Noruega padezca psicosis u otra alteración mental grave que impida que pueda ser considerado penalmente responsable de sus actos. La psiquiatra Maria Sigurjonsdottir, que dirigió el equipo de 18 personas del hospital de Dikemark que observó al extremista en la cárcel durante tres semanas, reveló que en la reunión final, solo uno de sus miembros tenía dudas sobre el diagnóstico, mientras que los otros rechazaron que sufriera alguna psicosis.
Breivik no mostró ningún síntoma de padecer alucinaciones, razonó de forma coherente y matizada y, aunque trató de convencer al personal de sus ideas radicales, se mostró comprensivo con su rechazo, explicó Sigurjonsdottir. Tampoco mostró las limitaciones comunicativas ni los tics propios de gente que padece los síndrome de Asperger o de Tourette, dos trastornos neurológicos con los que otro psiquiatra, que solo lo ha observado en el juicio, diagnosticó a Breivik la semana pasada.
Sigurjonsdottir calificó de "muy pequeñas" las posibilidades de que Breivik pudiera haber ocultado los síntomas de una hipotética enfermedad mental grave. Y descartó también la teoría del primer informe psiquiátrico, en el que se consideró a Breivik como un esquizofrénico y no penalmente responsable, que comenzó a enfermar en 2006. Otros tres miembros más del equipo de Dikemark respaldaron ante el tribunal esa conclusión, que formó parte del segundo informe psiquiátrico, que solo diagnostica a Breivik con alteraciones de la personalidad y lo considera penalmente responsable.
Tampoco encontraron síntomas de psicosis ni de otros trastornos neurológicos dos especialistas que lo han examinado en la cárcel, como Eirik Johannesen, del hospital de Bærum. Este dijo estar "absolutamente convencido" de que Breivik es penalmente responsable y resaltó que equipos de salud mental lo han estado controlando en la cárcel de Ila sin haber encontrado síntomas. Sus ideas extremas no son producto del delirio, sino que se encuadran en una ideología de ultraderecha, sostuvo el psicólogo, quien defiende que Breivik trata de representar un personaje y eso puede llevar a creer que padece algún trastorno.