Damasco. El Gobierno de Damasco rechazó ayer cualquier responsabilidad en la matanza de Hula, en el centro de Siria, donde murieron casi un centenar de personas el viernes pasado. "Negamos de manera absoluta la responsabilidad de las fuerzas gubernamentales en la masacre de Hula", afirmó en una rueda de prensa el portavoz del Ministerio sirio de Asuntos Exteriores, Yihad Maqdisi, que culpó a supuestos grupos terroristas.

Según el régimen sirio, cientos de hombres armados emplearon artillería pesada contra "bases militares sirias" en Hula, en la provincia de Homs. Dichos grupos "lanzaron ataques de manera simultánea y planeada", indicó Maqdisi, que agregó que estos dispararon a niños y personas mayores, y que las fuerzas sirias respondieron a la ofensiva para defenderse.

El portavoz condenó la "facilidad" con la que distintos países y organizaciones internacionales han acusado a los efectivos gubernamentales de la matanza. "Esperamos que los países grandes se comporten como grandes y ayuden a Siria. Si quieren el enfrentamiento, Siria defenderá su territorio", enfatizó el portavoz ministerial.

El Consejo de Seguridad de la ONU convocó ayer una reunión de urgencia para abordar la situación en Siria tras esta última matanza. Fuentes diplomáticas indicaron que estaba prevista para última hora de la tarde de ayer y que en ella los quince, presididos este mes por Azerbaiyán, abordarían la propuesta de Francia y Reino Unido para condenar esa matanza. Al menos 92 cadáveres, entre ellos los de 32 niños, fueron hallados el sábado en Hula, además de cientos de heridos, por los observadores militares y civiles de la ONU.

Este último episodio de violencia de la crisis siria desencadenada hace ya quince meses ha generado una ola de críticas internacionales hacia el régimen de Damasco y debilita el plan de paz aprobado en abril pasado y propuesto por el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, calificó de "vergonzoso y brutal" este crimen.

Por otra parte, ayer se supo que EEUU busca el apoyo de Rusia a un plan de transición para Siria similar al realizado en Yemen, donde el presidente Ali Abdalá Saleh aceptó renunciar y ceder el poder a su vicepresidente, Abdo Rabu Mansur Hadi, un líder de transición que tiene dos años para reformar la Constitución y convocar elecciones generales. El objetivo sería lograr una solución que satisfaga a la oposición siria sin eliminar a todo el Gobierno de Asad, según publicó ayer el diario The New York Times.