Canciller alemana
Considerada disciplinada -herencia de su infancia y juventud en la Alemania comunista-, poco carismática e, incluso, aburrida, Angela Merkel ha tomado las riendas de la crisis económica europea que estalló en 2008 y junto con el exmandatario francés, Nicolas Sarkozy, ha impuesto una política de austeridad a la Unión Europea. Ahora, con la llegada de François Hollande a la presidencia gala y cuando comienzan a cuestionarse sus recetas, Merkel sigue apostando por la rigidez para salir de la crisis económica.
Hija de un pastor luterano y de una profesora de latín, Merkel no solo es la primera mujer en dirigir el estado alemán, sino la primera persona de la ex República Federal Alemana en presidir el gobierno. Nació y creció detrás del muro de Berlín, entre campiñas y edificios grises donde formó parte de las Juventudes Comunistas. Angela Kasner nació en Hamburgo en 1954, se trasladó con su familia a Alemania del Este cuando era solo una niña después de que su padre obtuviera un trabajo en el estado de Brandemburgo, al norte de Berlín.
Creció en la ciudad de Templin, en la región de Uckermark con sus lagos y sus ondulantes colinas. Allí se enamoraría de la física cuántica -estudió física en la Universidad de Leipzig, realizando un doctorado-, de un físico -Ulrich Merkel- del que todavía conserva su apellido de casada y de los vientos de cambio que comenzaban a soplar. Justo después de la caída del muro comenzó su rápido ascenso político. Con la unificación alemana, Merkel se acercó a la Unión Demócrata Cristina (CDU) en 1990, formación en la que iría escalando posiciones a pesar del recelo de sus colegas hombres, incluido su mentor, el excanciller Helmut Kohl. Solo un año después se convirtió en el miembro más joven del gabinete de Kohl como ministra de Mujeres y Juventud. En 1994 llegó a ser ministra de Medio Ambiente y, en el año 2000, fue elegida líder de la CDU después de que el partido y Kohl sufrieran un escándalo de financiación ilegal.
Primera canciller En 2005 se convirtió en la primera mujer canciller de Alemania, cuando los conservadores vencieron por un estrecho margen al Partido Socialdemócrata (SPD) de Gerhard Schröder. Cuatro años después repetiría con la votación más alta. Merkel ha llegado a lo más alto de la clasificación de la revista Forbes como la mujer más poderosa del mundo.
A las preocupaciones de Alemania se sumaron las de la Unión Europea. De repente la inadvertida canciller no solo estaba al frente de la economía más grande de la unión sino del timón del viejo continente tambaleante. Si en un principio era reacia a rescatar a los países endeudados como Grecia, la amenaza de contagio y la incertidumbre del euro han llevado a Angela Merkel a defender las ayudas a los países en apuros. Sin embargo, muchos -especialmente fuera de Alemania- la ven más como un obstáculo en la actual crisis económica. A pesar de todo, la sociedad alemana sigue valorando como positiva su gestión de gobierno.
Angela Merkel, por su parte, no deja de ir al supermercado, hacer cola como cualquier ciudadano y comprar leche y fruta para preparar el desayuno de su esposo, uno de los pequeños placeres que conserva. La canciller alemana se divorció de su primer marido Ulrich Merkel en 1982 y está casada con el profesor de química Joachim Sauer, al que no le gusta aparecer en público, desde 1998. No tiene hijos. Es una aficionada a la música clásica; acude de manera regular al festival anual de ópera Bayreuth y disfruta haciendo senderismo en los Alpes en su tiempo libre.