WASHINGTON. Romney respira tranquilo porque se ha librado de unas primarias largas, divisivas y perjudiciales para su candidatura, pero, aún así, sigue sin electrizar a su electorado. El candidato republicano necesitará unir a su partido y seducir a votantes clave como los latinos o los independientes e indecisos si quiere ganar.

El presidente Barack Obama, de momento, lleva la delantera. Según la página web RealClearPolitics, que hace una media de las encuestas publicadas, Mitt Romney tiene una desventaja de cuatro puntos. Ante esta situación, Romney y sus asesores de campaña esperan encontrar un estímulo para su candidatura en la elección del candidato a la vicepresidencia. Los dos nombres que suenan con más fuerza estos días son Marco Rubio, el popular senador de Florida y de raíces cubanas, y el congresista conservador Paul Ryan, que tuvo buena química con Romney.

Mitt Romney radicalizó su postura sobre inmigración en las primarias para captar el ala derecha de su partido, lo que le ha costado muy caro. Sólo un 22% de los latinos son favorables a su candidatura, según una encuesta reciente de la cadena NBC y el diario Wall Street Journal. Es por ello que, ante estos datos tan pobres, muchos analistas apuestan por un candidato latino. Rubio, de momento, ha negado que esté interesado en la posición pero esta semana se situó en el candelero cuando ayudó en la campaña de Romney en Pensilvania e hizo un discurso sobre su visión de política exterior para los Estados Unidos en Washington.

La ex gobernadora de Nuevo México, Susana Martínez, y el gobernador de Nevada, Brian Sandoval, son las otras opciones latinas. Martínez, como Rubio, ayudaría Romney no sólo entre el votante latino sino también entre las mujeres. Mitt Romney, y en general los candidatos republicanos, tienen dificultades para cautivar el voto de las mujeres. Además, la polémica sobre negar métodos anticonceptivos en trabajadoras de instituciones religiosas que inició su partido en marzo pasado ha aumentado la diferencia de Obama sobre Romney en este electorado.

Martínez sería una buena opción, pero, como Rubio, descarta aceptar cualquier oferta. Además, no tiene mucha experiencia en el gobierno, ya que tan sólo hace un año y medio que ganó las elecciones en su estado.

"El principal objetivo a la hora de elegir el candidato a vicepresidente es que sea alguien que no torpedee las posibilidades del candidato", asegura el profesor de la Universidad de Virginia, Larry Sabato.