berlín. Los sucesivos bloqueos de los activistas antinucleares alemanes lograron ayer que los contenedores castor de basura altamente radiactiva con destino al depósito de Gorleben (norte del país) acumularan el mayor retraso de su historia. Cuando sólo les quedaban por recorrer los últimos 20 kilómetros por carretera, los once castor, que portaban 2.500 toneladas de residuos atómicos, fueron retenidos por decenas de ecologistas que, a pesar de las adversas condiciones meteorológicas, colocaron una furgoneta para obstruir el camino y protagonizaron una sentada en la calzada, y se negaron a abandonar la carretera por su propio pie. Foto: efe