el cairo. Al menos 26 personas fallecieron ayer en Siria en una jornada de violencia que se extendió a Damasco, donde perecieron ocho civiles pese a que la capital se ha mantenido relativamente al margen de la revuelta, según los grupos opositores. En un comunicado, los Comités de Coordinación Local informaron de la muerte de ocho personas en Damasco, siete en la ciudad de Homs (centro), cuatro en la provincia de Hama (centro), tres en la de Deraa (sur), dos en Deir el Zur y dos en Idleb (norte).
En la capital, que desde el inicio de la revuelta el pasado marzo se ha mostrado fiel al régimen de Bachar al Asad, con protestas aisladas, las muertes se produjeron al disparar las fuerzas de seguridad contra los asistentes al funeral de una víctima en la madrugada de ayer en el barrio de Barza.
riesgo Según advirtió ayer la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, el riesgo de una guerra civil abierta al estilo de lo ocurrido en Libia es cada vez mayor ya que cada vez más soldados sirios están desertando para unirse a la oposición. "Donde los Derechos Humanos son pisoteados y las demandas pacíficas de cambio son respondidas con la violencia brutal, la gente se ve eventualmente obligada a recurrir a la rebelión contra la tiranía y la opresión", considerado Pillay ante el Consejo de Seguridad de la ONU.