BOSTON. Según un testigo, Rezwan Ferdaus, de 26 años de edad, confesó que pretendía llevar a cabo un ataque contra el Pentágono con "pequeños aviones no tripulados" equipados con explosivos y guiados con un dispositivo GPS. No obstante, el joven decidió atentar también contra el Capitolio, donde pretendía acceder con un grupo de seis hombres con armas automáticas, según recoge la declaración jurada.

Ferdaus se trasladó a Washington para hacer un seguimiento de los protocolos de seguridad del Capitolio. Poco después, entregó a unos agentes encubiertos del FBI una memoria digital con las instrucciones para llevar a cabo los atentados.

La detención de Ferdaus se produjo después de que los agentes decomisaran en su domicilio gran cantidad de armamento, incluyendo rifles de asalto AK-47, explosivos y granadas. Si bien, el FBI asegura que en ningún momento hubo riesgo real de que atentara.

Al margen de estos hechos, Ferdaus también está acusado de proveer recursos a Al Qaeda con la finalidad de llevar a cabo atentados contra las fuerzas estadounidenses en el extranjero, según ha informado la Oficina del Fiscal en Boston a través de un comunicado.

Con estos cargos, Ferdaus podría ser condenado a 15 años de prisión por apoyar a una organización terrorista, a 20 por planear un atentado contra instalaciones de defensa y a otros 20 por intentar destruir edificios pertenecientes a la administración estadounidense.

El comunicado indica que el joven, graduado en física por la Universidad de Boston, llevaba planeando estos atentados desde principios del año pasado, cuando comenzó a difundir mensajes llamando a la acción contra los "enemigos de Alá".

En una de sus primeras acciones, Ferdaus modificó unos teléfonos móviles para que sirvieran como detonadores de bombas. "En una reunión de junio, pareció muy satisfecho cuando le dijimos que sus móviles habían matado a tres soldados estadounidenses y herido a otros cuatro en Irak", ha dicho uno de los agentes encubiertos.

En este contexto, el presidente de la Comisión de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, el republicano Peter King, ha indicado que "este tipo de amenazadas demuestran que el terrorismo islámico es transversal a todos los estratos socioeconómicos".