Jerusalén/Berlín. El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Avigdor Lieberman, advirtió ayer de que una declaración unilateral de un Estado palestino tendrá "consecuencias graves", después de que la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) anunciara ayer que solicitará a la ONU dicha admisión. El jefe de la diplomacia israelí no especificó cuáles serán esas "graves consecuencias".
En una conferencia sobre agricultura celebrada en el kibutz Revivim, en el sur de Israel, Lieberman añadió que su país "ha mostrado enorme generosidad hacia los palestinos, pero eso no nos ha traído la paz".
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, solicitará al Consejo de Seguridad de la ONU la admisión de Palestina como Estado independiente y miembro de pleno derecho en la organización el próximo 22 de septiembre, informaron ayer fuentes oficiales palestinas.
Hastiados de unas negociaciones de paz paralizadas desde hace casi un año y de la continua pérdida de territorio por el crecimiento constante de las colonias judías en Cisjordania y Jerusalén Este, los palestinos entienden que el diálogo no puede seguir siendo la única vía para lograr su independencia.
Lieberman enfatizó que Israel no acatará ninguna declaración unilateral palestina y confió en que "el sentido común prevalezca" y se pueda "alcanzar un modus vivendi que permita las negociaciones". Desde la Unión Europea (UE), dividida en su posición respecto al reconocimiento de Palestina como Estado, se intenta arrancar a israelíes y palestinos un compromiso para que reinicien el proceso de paz antes de que estos presenten su solicitud.
La Alta Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad, Catherine Ashton, apura las últimas posibilidades para lograr que la decisión palestina de recurrir a la ONU no abra una brecha que haga imposible el regreso a las negociaciones de paz.
Ayer Ashton decidió prolongar su estancia en Jerusalén, donde negocia con los israelíes posibles fórmulas para volver al diálogo. También hay desacuerdo entre los miembros del Cuarteto para la Paz en Oriente Medio (EEUU, Rusia, la ONU y la UE), con Washington decidido a oponerse de pleno a la pretensión palestina con su derecho a veto en el Consejo de Seguridad.
Pero los palestinos cuentan con el veto estadounidense y no se espera que se rindan ante una negativa del Consejo, donde podrían obtener una mayoría de hasta dos tercios para ser considerados "estado no miembro", estatus similar al del Vaticano.