Trípoli. La euforia estalló ayer entre los rebeldes libios después de penetrar en la fortaleza de Muamar el Gadafi y hacerse con el control del complejo de Bab al Aziziya, desde donde el coronel ha dirigido los destinos de Libia con puño de hierro durante los últimos 42 años. Tras librar encarnizados combates durante todo el día en los alrededores de la residencia presidencial con las fuerzas leales a Gadafi, los insurgentes ingresaron por la tarde en la zona residencial y celebraron el nuevo triunfo con disparos al aire. Entonces comenzó una búsqueda frenética por todas las habitaciones del coronel libio, de leales al régimen a los que desarmar y de símbolos del dictador que arrasar. La bandera tricolor -símbolo de la insurgencia- fue colocada en lugar de la enseña verde del régimen moribundo y los rebeldes se concentraron en torno a la estatua del puño de oro desde donde, fusiles en alto y el júbilo escrito en el rostro, comenzaron a gritar: "Ala es el más grande. Bab al Aziziya ha caído, Trípoli es libre".
De acuerdo con el relato de la cadena de televisión catarí Al Jazeera, pese a que los soldados opusieron gran resistencia e, incluso, lograron repeler el primer gran asalto contra una de las puertas de la enorme residencia, después entregaron las armas a los rebeldes sin mayor resistencia. La toma del palacio de Bab el-Aziziya marca el penúltipo capítulo de la guerra que han mantenido los rebeldes y las fuerzas de Gadafi los últimos seis meses. Aún queda la captura del coronel, una tarea que parece más complicada. Con una superficie de seis kilómetros cuadrados, Bab el-Aziziya constituye una verdadera fortaleza dotada de grandes medios de defensa, que cuenta además con búnkers subterráneos. Pero la residencia presidencial es también un símbolo, el del poder de Gadafi, desde donde ha dirigido numerosos discursos a la nación. Y entre todos los objetos de su interior, el trofeo más preciado es la estatua del puño de oro aplastando un avión, que conmemora el bombardeo estadounidense de 1986 sobre Bab el-Aziziya, en el que murió una hija de Gadafi.
Según fuentes de los rebeldes y de la OTAN, casi toda Trípoli está ya en poder de los insurgentes. Sin embargo, en el barrio de Al Mansura y en los alrededores de la Plaza Verde, las tropas leales al dictador aún presentaban la tarde de ayer alguna resistencia. Testigos citados por medios árabes apuntaron que las tropas de Gadafi habían atacado con artillería pesada la propia plaza Verde -denominada por los rebeldes plaza de los Mártires-, aunque más tarde Al Jazeera informó de que la calma había vuelto a la zona y que los insurgentes habían colocado una bandera tricolor en la rebautizada plaza de los Mártires. En el este del país, los alzados se hicieron con el control de la ciudad de Ras Lanuf y obligaron a las fuerzas gubernamentales a replegarse en dirección a Sirte, la localidad natal del mandatario libio. Según líderes militares rebeldes, sus hombres ya controlan más del 75% del país. Tras la inminente victoria rebelde, el primer ministro del Consejo Nacional de Transición (CNT), Mahmoud Jibril, compareció ayer ante los medios de comunicación. "No pueden permitirse los actos de revancha. No podemos arruinar así esta última página de nuestra revolución", señaló, a lo que añadió que el CNT formará un Consejo de Seguridad compuesto por oficiales del Ejército y altos cargos policiales que se aliaron con la revolución.
El paradero de la familia gadafi Mientras los rebeldes se afanan en sus conquistas, las conjeturas sobre el destino de Gadafi y sus hijos continúan en medio de la confusión. Más después de la aparición pública de Saif el Islam, el delfín del coronel, cuando el mundo entero le creía en manos de los rebeldes, un hecho confirmado incluso por la Corte Penal Internacional -ayer desmentido-. Sonriente y exultante, el más famoso de los hijos del coronel se presentó la noche del lunes ante la prensa extranjera que se encontraba en el Hotel Rixos de la capital, lo que causó confusión entre las fuerzas rebeldes y agudizó las dudas sobre las informaciones procedentes del liderazgo en Bengasi. El Islam manifestó que su padre estaba a salvo y que el régimen seguía controlando la capital libia.
Asimismo, el presidente de la Federación Internacional de Ajedrez (Fide), Kirsán Iliumzhínov, que suele compartir tablero con el coronel libio, dio cuenta de una conversación mantenida ayer mismo con Gadafi. Según Iliumzhínov, el mandatario libio le llamó por teléfono para anunciarle que está sano y salvo y que no se dejará atrapar. El ajedrecista aseveró que, durante la breve conversación telefónica, el líder libio le confirmó que se encuentra en la capital, que no tiene intención de abandonar el país y que las informaciones de las televisiones occidentales son falsas.
Iliumzhínov también aseguró que junto Gadafi se hallaba su hijo mayor, Mohamad, quien el lunes logró burlar a las fuerzas rebeldes que al parecer también le habían capturado. No se sabe nada, en cambio, de Saadi Gadafi, quien los insurgentes anunciaron haber capturado también el viernes, así como del resto de la familia, que se encuentra en paradero desconocido. Frente a las palabras del ajedrecista ruso, que han sido acogidas con mucho escepticismo, la OTAN señaló que "no tiene ni idea" de dónde se encuentra Gadafi, e insistió en que el coronel no es uno de los objetivos prioritarios. Y mientras el régimen parece desmoronarse de manera definitiva, la comunidad internacional empieza a prepararse para una transición que se prevé larga, compleja y difícil.
Pocas horas después de que se extendiera la noticia sobre la conquista de la fortaleza de Bab al-Azaziya, la ONU anunció una reunión en Nueva York para analizar la situación en Libia y estudiar la respuesta de la comunidad internacional. Al encuentro han sido invitados la Liga Árabe, la Unión Africana, la Unión Europea y la Organización de la Conferencia Islámica. Estados Unidos, por su parte, apuntó que busca desbloquear de inmediato hasta 1,5 billones de dólares con objeto de ayudar a los rebeldes a llevar a cabo la transición democrática y contribuir a paliar la tragedia humanitaria.
Tras el trepidante avance de los acontecimientos, varias naciones más han reconocido desde el lunes al CNT como gobierno legítimo, entre ellas Marruecos e Irak, que lo hicieron ayer mismo, mientras que la Liga Árabe tiene previsto hacerlo hoy. Quien ha anunciado que nunca reconocerá al Gobierno rebelde ha sido el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien aseguró ayer que el único presidente legítimo en Libia es Gadafi.