OSLO. Anders Behring Breivik, el autor confeso de los atentados que dejaron 77 muertos en Noruega el mes pasado, aseguró que llamó a la policía diez veces antes de su arresto en la isla de Utøya, dijo su abogado Geir Lippestad al diario "Aftenposten". Breivik dijo a la policía que los llamó por teléfono antes de su arresto diez veces, pero sólo pudo comunicarse en dos ocasiones.

En sus llamadas, Breivik se identificó a sí mismo como "comandante y utilizó su nombre completo", dijo Lippestad, añadiendo que quería entregarse y "utilizó la palabra 'rendirse', pidiendo a la policía que confirmara que lo aceptaba". Lippestad dijo que Breivik hizo las llamadas para asegurarse de que la policía no dispararía en su contra.

Breivik llamó desde la isla de Utøya, escenario de la matanza en el campamento juvenil del partido laborista que dejó 69 muertos. Mientras hizo las llamadas, cesó de disparar contra los asistentes al campamento. Entonces consideró suicidarse o seguir con "su operación y decidió continuar hasta que la policía llegara", añadió el abogado.

Algunos testigos confirmaron que hubo una pausa en el tiroteo antes de continuar, lo que podría cuadrar con el relato de Breivik, afirma el diario. Breivik está en custodia policial desde el 25 de julio, tras confesar ser el autor de la bomba que mató a ocho personas en el centro de Oslo y del tiroteo de Utøya. La policía aseguró que tiene una grabación que podría ser de Breivik, aunque no confirmó que hizo las llamadas, dijo un portavoz al diario.

El gobierno noruego celebrará hoy su reunión semanal y algunos medios apuntaron que podría anunciar la composición de una comisión independiente encargada de analizar los eventos del 22 de julio y estudiar la respuesta policial y de otras autoridades para comprobar si fue demasiado tardía y si se podrían haber salvado más vidas.