Kabul. Treinta y un soldados de Estados Unidos (EEUU) y siete afganos murieron el viernes por la noche en la provincia de Maidan Wardak, en el centro de Afganistán, al estrellarse su helicóptero Chinook de doble hélice en el transcurso de "una operación contra los talibanes", aunque según reivindicaron los propios talibanes el aparato lo derribaron ellos tras lanzar un proyectil.

Este ha sido el suceso más sangriento que han sufrido las tropas estadounidenses desplegadas en Afganistán desde el inicio de 2001, año en que se inició la invasión del país, y donde continúan presentes unos 133.000 soldados de la Alianza Atlántica ISAF, compuesta en su mayoría por fuerzas de EEUU.

Según un portavoz del Pentágono más de 20 de los 31 soldados estadounidenses muertos eran miembros de los SEAL, la mejor fuerza de las Operaciones Especiales de EEUU, que estuvo al mando de la operación que acabó con Osama Bin Laden.

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, expresó ayer su "profunda tristeza" por la muerte de los soldados. En un comunicado, Rasmussen subrayó la "fuerte solidaridad de la OTAN con el pueblo afgano y estadounidense", así como con ambos gobiernos, y destacó el trabajo de los soldados de 48 países "para lograr un Afganistán pacífico y estable".

"Estamos determinados a mantener este camino, especialmente en este momento crucial cuando las fuerzas afganas y las internacionales están trabajando más unidas que nunca para que la transición sea un éxito", dijó Rasmussen. El presidente estadounidense, Barack Obama, lamentó también la muerte de los 31 soldados estadounidenses y aseguró que continuará luchando por la seguridad nacional. "Su muerte es un recordatorio de los sacrificios extraordinarios que hacen nuestros hombres y mujeres en el Ejército y sus familias, incluyendo aquellos que prestan servicio en Afganistán", dijo Obama en un comunicado emitido ayer por la Casa Blanca.

"Buscaremos inspiración en sus vidas, y continuaremos la labor de resguardar a nuestro país y defender los valores que los soldados encarnaron", aseguró.

Asimismo, el mandatario estadounidense también lamentó la muerte de los siete afganos que combatieron junto a las tropas estadounidenses "en la búsqueda de un futuro más pacífico y esperanzador para su país".

"En esta difícil hora, todos los estadounidenses se unen para apoyar a nuestros hombres y mujeres soldados que prestan servicio para que podamos vivir en libertad y seguridad", puntualizó Obama. Por su parte, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panett elogió también el "valor ejemplar" y la determinación de los soldados estadounidenses y afganos de fortalecer la seguridad mundial. "Mantendremos la marcha para completar esa misión, para la cual ellos y todos los que han prestado servicio y perdido la vida en Afganistán han hecho el mayor sacrificio", dijo Panetta, quien se sumó al envío de condolencias a las familias de las víctimas.

Por su parte, el presidente afgano, Hamid Karzai, envió sus condolencias a su homólogo estadounidense, Barack Obama, y también a las familias de las víctimas del suceso. En Afganistán hay desplegados unos 133.000 soldados extranjeros, que ya han iniciado un proceso de retirada. En el último año han sido varios los helicópteros accidentados en el este del país asiático y los insurgentes suelen atribuirse esas acciones, aunque es imposible verificarlas de manera independiente.

Ataque talibán Contradiciendo la versión de la misión de la OTAN (ISAF), el portavoz talibán Zabiulá Muyahid aseguró a la agencia afgana AIP que sus milicias lanzaron un proyectil contra el helicóptero militar matando "a 38 soldados". "Las fuerzas conjuntas de EEUU y Afganistán se encontraban dirigiendo una operación militar contra los talibanes en el distrito de Syedabad la noche pasada (por ayer)", dijo Shahidullah Shahid, el portavoz provincial.

"Ocho insurgentes resultaron muertos en la operación y un helicóptero que estaba disparando contra los rebeldes afganos en ese momento se estrelló", aseguró el portavoz. "No estamos seguros si esto se debió al fuego insurgente o no, pero hubo varias bajas de tropas extranjeras a causa del accidente", dijo Shahid, quien añadió que los oficiales de la coalición y afganos están investigando lo ocurrido. "Los soldados de la OTAN han acordonado el lugar de los hechos y no nos han dejado aproximarnos", relató Shahid.

Por su parte, la ISAF ha confirmado simplemente "un incidente con un helicóptero", sin más detalles. "La ISAF sigue investigando las circunstancias del incidente", informó la Alianza Atlántica. Sin embargo, no han especificado más detalles ni una hipótesis sobre como se produjo.

"Nuestra información indica que había actividad del enemigo en la zona", precisó en su escueta nota la organización militar, que dijo estar analizando los hechos y precisó que sus fuerzas estaban ocupadas en tareas de recuperación del aparato.

El ataque se produjo en el marco del inicio de la retirada norteamericana de Afganistán. En junio, el presidente Barack Obama anunció que este año se replegarán 10.000 soldados. Otros 23.000 regresarán a EEUU antes del próximo verano. En Afganistán quedarán todavía unas 70.000 tropas tras esa primera retirada. En julio, la ISAF comenzó a traspasar el control de la seguridad al Ejército y Policía de Afganistán en siete zonas del país asiático, entre ellas la capital de la provincia de Helmand, Lashkar Gah. En 2014, el gobierno afgano será el único responsable de la seguridad nacional de su país. El Pentágono le había aconsejado al presidente una salida más lenta. Por otro lado, la Policía afgana informó ayer mismo de las muertes de ocho civiles en un bombardeo de la aviación de la misión de la OTAN en la provincia sureña afgana de Helmand, aunque la organización dijo estar investigando los hechos. El suceso tuvo lugar el viernes por la noche en el distrito de Nad Ali, a raíz de un ataque sufrido por una patrulla de la OTAN que causó la muerte de un soldado, dijo el jefe de la Policía distrital, Shadi Khan.

En declaraciones a Efe, un portavoz de la misión de la OTAN, Justin Brockhoff, reconoció el enfrentamiento armado y un posterior bombardeo contra "la posición de los insurgentes". Poco después del suceso, "las fuerzas de la coalición recibieron información de que varios civiles habían sido tomados como rehenes por los insurgentes, y que podían haber estado presentes durante el bombardeo", agregó Brockhoff. La muerte de civiles en bombardeos u operativos de la OTAN es uno de los asuntos que más fricción crean entre las fuerzas internacionales y las autoridades afganas.