El presidente sirio, Bashar al Assad, destituyó ayer al gobernador de la provincia de Hama, Ahmed Khaled, después de que el viernes miles de personas tomaran las calles de la capital de la provincia para pedir la dimisión del mandatario. La manifestación de Hama, escenario de una sangrienta represión ordenada por el padre de Assad hace unos 30 años, fue parte de protestas en todo el país, que según la oposición dejaron otros 24 fallecidos por la represión de las fuerzas de seguridad. Los denominados Comités Locales de Coordinación publicaron ayer una lista con los nombres y apellidos de las víctimas, la mayoría de las cuales murió en la provincia de Idleb, cerca de la frontera con Turquía.