Nueva york. Marruecos y el Frente Polisario dieron ayer por iniciada su séptima ronda de conversaciones informales bajo el auspicio de Naciones Unidas, unas reuniones que se celebran como en otras ocasiones en la localidad neoyorquina de Manhasset y que siguen a las mantenidas en Malta en marzo pasado.
Las delegaciones de ambas partes tratarán de acabar con el punto muerto en que se encuentran las negociaciones sobre el conflicto por la soberanía del Sahara Occidental.
Los encuentros, que se celebran desde el domingo hasta hoy, se mantienen a puerta cerrada y están dirigidos por el enviado especial de la ONU para el Sahara, Cristopher Ross, que intenta que ambas partes profundicen en sus respectivas propuestas para lograr un acuerdo que desbloquee la actual situación.
También participan Argelia y Mauritania, en calidad de estados vecinos. Las conversaciones informales anteriores concluyeron siempre sin alcanzar un mínimo avance que pueda abrir la puerta a un acercamiento de posiciones entre Marruecos y el Frente Polisario.
Marruecos sostiene que su plan de autonomía es la única salida viable a un conflicto que dura más de 30 años, mientras que el Polisario apuesta por la celebración de un referéndum en el que la independencia sea una de las opciones.
Esta séptima ronda de conversaciones tiene lugar después de la renovación en abril del mandato de la Misión de la ONU para el Referéndum en el Sahara Occidental, adoptado por el Consejo de Seguridad en una resolución que reconoció la necesidad de mejorar la situación de los derechos humanos en la excolonia española, aunque no creó un mecanismo para su supervisión.