WASHINGTON. El presidente estadounidense, Barack Obama, ha prometido ayudas económicas a los dirigentes de Oriente Próximo y del norte de África que asuman "los riesgos de las reformas" políticas y económicas que reclaman sus ciudadanos. En un discurso centrado en los acontecimientos en Oriente Medio y el mundo árabe, Obama ofreció fondos a Túnez y Egipto, criticó duramente la represión en Libia y Siria y llamó al diálogo en Bahréin y Yemen.
En esta esperada intervención Obama elogió particularmente la "transición pacífica" iniciada primero en Túnez y luego en Egipto, y anunció ayudas de hasta 2.000 millones de euros, en forma de condonación de la deuda, tanto para El Cairo como para Túnez. La contrapartida es asumir los postulados de democracia occidental (elecciones, libertad de expresión, igualdad entre sexos y tolerancia a las minorías) preparando así el desembarco del capital de las multinacionales. Y es que Obama anunció líneas de ayuda por otros 2.000 millones de dólares "para apoyar la inversión privada en la región". "Nuestro mensaje es simple: si asumís los riesgos que conllevan las reformas, tendréis todo el apoyo de Estados Unidos", resumió el mandatario republicano .
Obama insistió en que los "intereses" que persigue Estados Unidos en la zona "no son hostiles" y advirtió de que los norteamericanos deben "estar a la altura de las aspiraciones de los ciudadanos de estos países y superar la desconfianza con la que todos ellos han mirado hasta ahora al otro lado del Atlántico. Tenemos mucho en común", aseveró.
contrapunto Como contrapunto Obama hizo hincapié en que "Estados Unidos se opone al uso de la violencia y la represión contra la población" y subrayó que "el ejemplo más extremo es Libia", donde dijo que Gadafi "tiene el tiempo en su contra y de forma inevitable tendrá que marcharse". En cuanto a Siria, lamentó que también haya "elegido el camino de los asesinatos y los arrestos masivos" de manifestantes. "Los sirios han mostrado su valor reclamando una transición a la democracia" y ahora el presidente sirio, Bashar al Assad, tiene que elegir entre "liderar esa transición o quitarse del camino".
Sin embargo Obama no empleó el mismo tono para referirse a Yemen y Bahrein, donde también se contabilizan los muertos por decenas. Respecto al primer país, el presidente estadounidense dijo que "tampoco se han atendido las demandas de los manifestantes", pero se limitó a recomendar a su presidente, Alí Abdulá Salé, que lleva más de 32 años en el poder, que "cumpla con su compromiso de transferir el poder".
En cuanto a Bahréin, Obama lo tachó de "socio" y aseguró que Estados Unidos está "comprometido con su seguridad", pero recordó a sus dirigentes que "las detenciones masivas y la fuerza bruta no concuerdan con los derechos universales de sus ciudadanos y no harán que desaparezcan las peticiones de reforma". "La única vía es el diálogo entre Gobierno y oposición, sin que una parte de ésta esté encarcelada", agregó sacudiendo además el miedo a lo que pueda hacer Irán.