washington. La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, dijo ayer que la operación de 38 minutos que acabó con la vida de Bin Laden, fueron "los instantes más intensos" de su vida, en una rueda de prensa ofrecida en Roma antes de la reunión del Grupo de Contacto sobre Libia.

Clinton, quien compareció ante los medios junto al ministro de Exteriores italiano Franco Frattini, aseguró que la batalla contra el terrorismo "no termina con una muerte", pero es cierto que la muerte de Bin Laden ha sido "un mensaje inequívoco de la firme determinación de la comunidad internacional de oponerse al terrorismo". "Bin Laden -aseguró- era el enemigo jurado de los Estados Unidos, un peligro para toda la humanidad" y agregó que "fue un objetivo claro de casi diez años".

Preguntada sobre los detalles de la muerte del líder de Al Quaeda, Clinton explicó que "la operación fue llevada a cabo por los mejores profesionales" y al preguntarle si su muerte se debió a que los comandos se excedieron en sus órdenes, la secretaria de Estado se limitó a responder: "El esfuerzo claro era poner fin a su liderazgo en el terrorismo". "No daré ningún detalle sobre la operación", aseveró, pero "no tengo ninguna duda de que con su muerte el mundo será más seguro".

mensaje de calma Agregó que la relación con Pakistán no siempre es fácil pero que EEUU continuará con su "apoyo al pueblo y a la democracia paquistaníes". "Hemos colaborado con Pakistán en la lucha contra el terrorismo, pero Osama Bin Laden (abatido a 50 kilómetros de Islamabad) no es el único líder de alto nivel quitado de la escena gracias a la colaboración entre Estados Unidos y Pakistán", afirmó. En este sentido, la secretaria de Estado norteamericana afirmó que Estados Unidos y sus aliados "deben seguir colaborando con Pakistán en la lucha contra Al Qaeda".