Londres. La presunta muerte del hijo menor de Muamar Gadafi en un bombardeo de la OTAN la noche del sábado desencadenó una serie de actos vandálicos por toda Trípoli contra instalaciones de la ONU y las misiones diplomáticas de Reino Unido e Italia, que culminaron ayer con la orden de retirada del personal internacional de la ONU, la expulsión del embajador libio en Reino Unido y la condena del Gobierno italiano contra "los graves y viles" actos de destrucción protagoizados por los simpatizantes del líder libio.

Ni Reino Unido ni la OTAN confirmaron la muerte del hijo menor de Gadafi. En este sentido, el primer ministro británico David Cameron recordó ayer que la misión de la Alianza Atlántica, está centrada en impedir "la actividad de la maquinaria de guerra libia, incluyendo su cadena de mando y control".

Cameron constató una serie de actos vandálicos contra su sede diplomática en Trípoli, así como la de Italia, ataques que no se pudieron confirmar de manera independiente ya que la capacidad de movimiento de los corresponsales en Trípoli es muy limitada. Varios testigos consultados por Reuters pudieron observar de "una columna de humo" que emergía de la Embajada italiana, sin dar más detalles.

Por lo que a ataques contra la ONU se refiere, un funcionario de la institución internacional confirmó a la BBC que sus oficinas habían sido saqueadas, y que el Gobierno libio había ofrecido sus disculpas, atribuyendo el incidente a la reacción de una "turba" indignada.

Finalmente, Londres hizo pública la expulsión del embajador libio al mismo tiempo que la ONU informó de que ha trasladado su personal a Túnez temporalmente.