estambul. Varios líderes opositores sirios que se reunieron ayer en Estambul han pedido ayuda a la comunidad internacional para convencer al presidente de Siria, Bachar al Assad, de que ponga fin a la campaña de represión de las protestas a favor de la democracia.
"Si nuestros amigos de Occidente, Turquía y el mundo árabe quieren ayudarnos, lo pueden hacer (...) ejerciendo presión sobre el régimen sirio para que deje de atacar a los civiles", dijo Anas Abdah, presidente del Movimiento para la Justicia y el Desarrollo.
"Parece que Bachar al Assad ha tomado la decisión estratégica de aplastar un movimiento no violento ordenando a su hermano Maher al Assad (...) que vaya a Deraa y la asalte", señaló Abdah, quien vive en Reino Unido. Maher, considerado el segundo hombre más poderoso de Siria, dirige la Cuarta División, una especie de fuerzas especiales militares.
Además, los Veintisiete se reunirán en los próximos días para discutir la posibilidad de aplicar sanciones contra el régimen sirio, en respuesta a la violenta represión contra las protestas antigubernamentales que se producen desde hace semanas en el país, confirmó ayer una portavoz comunitaria.
"Los Estados miembros van a reunirse en los próximos días o próximas horas para discutir sobre las potenciales acciones sobre Siria", anunció la portavoz del Ejecutivo comunitario Catherine Ray, quien precisó que el encuentro será "a nivel de embajadores" de los 27 ante la UE y no una reunión extraordinaria de ministros de Exteriores.
El presidente del Movimiento para la Justicia y el Desarrollo dijo haber recibido informaciones que apuntan a que varios oficiales de una división del Ejército distinta a la de Maher, desde capitanes hasta un teniente general, intentaron impedir que la Cuarta División entrara en la ciudad.
"En este momento, tenemos informaciones de que algunos miembros de la Quinta División no están respondiendo de la manera que Bachar y Maher quieren que lo hagan y se han puesto de lado del pueblo", aseguró.
La Quinta División tiene su cuartel general en el sur de Siria, y entre sus filas hay muchos suníes. Siria ha estado controlada durante casi cinco décadas por los alauíes, una minoría próxima al chiismo, y la mayoría de los oficiales del Ejército son alauíes, aunque la mayor parte de los soldados son suníes.
Rabhan Ramadan, un sirio kurdo que vive en Austria y trabaja para la Fundación Haitan Maleh, con sede en Bruselas, subrayó que "el Ejército sirio es un Ejército nacional" y por ello "al final apoyará al pueblo". "Ahora estamos empezando a ver que algunos miembros del Ejército se niegan a disparar. Es solo el principio, pero esperamos que cada vez sean más", añadió.
Las autoridades sirias han expulsado a la mayoría de los periodistas extranjeros, por lo que resulta imposible contrastar los datos con fuentes independientes.