viena. El OIEA criticó ayer a la empresa operadora de la planta nuclear de Fukushima tras constatar que no tomó las medidas adecuadas para evitar el accidente en esa central atómica causado por el terremoto del pasado 11 de marzo. "En retrospectiva, las medidas tomadas por el operador no fueron suficientes para evitar este accidente", manifestó ayer el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano, en rueda de prensa en Viena. Amano hizo esta afirmación tras recordar que ya en 2007 se produjo un accidente nuclear en una de las centrales de Tokio Electric Power (TEPCO), concretamente en la central de Kashiwazaki, en la prefectura de Niigata.

En ese incidente, ocurrido tras un terremoto de 6,8 grados, se produjo una fuga de agua contaminada, escapes de sustancias radiactivas y un incendio.

Esta central nuclear, la más potente del mundo con siete reactores, está diseñada para resistir un seísmo de 6,5 grados en la escala de Richter.

Por otra parte, Amano destacó ayer que la agencia nuclear de la ONU quiere fortalecer el régimen internacional de seguridad nuclear como consecuencia del accidente de Fukushima.

"Deseo mucho que las normas de seguridad sean más fuertes y que tengamos más capacidad para ayudar a los estados miembros a asegurar la seguridad nuclear", manifestó el director general.

En ese sentido, Amano se mostró convencido de que un fortalecimiento de las normas de seguridad puede evitar accidentes similares. "Esto se podrá evitar en el futuro. Seguro que hay formas para que en el futuro no se repitan estos accidentes", concluyó el director, quien ha convocado para junio un gran conferencia ministerial sobre seguridad atómica en el planeta.

contra la energía nuclear Por su parte, la organización ecologista Greenpeace abogó ayer por que el OIEA abra las puertas a un mundo libre de energía nuclear, tras la catástrofe en la central japonesa. "La crisis en Fukushima continúa y nos recuerda sin ambages que algo así como una seguridad nuclear simplemente no existe, sino sólo riesgos atómicos", afirmó Jan Baranek, director de la campaña internacional contra la energía nuclear de Greenpeace, en un comunicado.

La nota fue publicada en Viena con motivo de la quinta conferencia de revisión de la Convención de Seguridad Nuclear (CNS) que se abrió ayer en la sede del OIEA.

Para Baranek, los riesgos de la tecnología nuclear "son cada vez mayores debido a la combinación potencialmente letal de errores humanos, fallos técnicos y catástrofes naturales".

El experto consideró que "las conversaciones en Viena sobre la seguridad nuclear tienen que conducir a decidir cuáles son los reactores que hay que detener" en una primera fase de un proceso para que el mundo abandone por completo la energía nuclear.

Greenpeace recordó en el comunicado que, de forma paralela a la reunión de la CNS, en Abu Dhabi se celebra la primera Asamblea de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, siglas en inglés), que apuesta por el desarrollo de fuentes alternativas. "El mundo tiene la elección entre energía segura y fiable, y la cara y peligrosa energía nuclear", advirtió Baranek.