TOKIO. El número de fallecidos por el terremoto y tsunami de hace dos semanas en Japón aumentó hoy hasta 10.035 personas, mientras que los desaparecidos son 17.443, según el último recuento de la policía nipona.
Dos semanas después del seísmo de 9 grados en la costa noreste de Japón, el peor desastre natural tras la II Guerra Mundial, unas 250.000 personas residen en 1.900 refugios temporales y debe resolverse aún la crisis nuclear de la central de Fukushima.
El inusual frío que se registra en la zona noreste japonesa, con temperaturas por debajo de cero grados centígrados esta madrugada a pesar de estar ya en primavera, complica la situación de los damnificados.
Según las cifras oficiales, en la provincia de Miyagi hubo 6.097 muertos, en Iwate 3.025 y en Fukushima 855, mientras los desaparecidos se cuentan por varios miles en esas zonas, las más devastadas por el seísmo y posterior tsunami.
Hay al menos 18.000 casas destruidas y más de 130.000 edificios dañados, sobre todo el las zonas costeras del noreste japonés, y las estimaciones iniciales hablan de daños en viviendas y carreteras por entre 16 y 25 billones de yenes (139.000 y 217.000 millones de euros), según la agencia local Kyodo.
Poco a poco se ha ido recuperando parte de la infraestructura básica en las áreas asoladas por el tsunami del día 11.
La autopista Tohoku, que conecta Tokio con las áreas más devastadas, reabrió ayer al tráfico por primera vez y están funcionando puertos y aeropuertos de las zonas afectadas para el trabajo de los equipos de rescate.
Desde el grave seísmo del viernes 11, en Japón se han registrado 700 réplicas y prácticamente cada día hay un temblor de más de 6 grados en la escala Richter, que por lo general tiene su epicentro frente a la costa de las tres provincias más afectadas.
Operarios y militares trabajan día y noche para tratar de controlar la situación en la planta nuclear de Fukushima (noreste), que el seísmo dejó sin electricidad necesaria para refrigerar sus reactores nucleares.