MADRID. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha defendido hoy la "legalidad" y la "legitimidad" de la intervención militar en Libia, que, ha dicho, se basa en "un principio humanitario" y no busca expulsar al coronel Gadafi del país, sino "poner fin a los asesinatos de su pueblo".

Con estos argumentos, Zapatero ha pedido al pleno del Congreso autorización para que los militares españoles participen un mes en el control de la zona de exclusión aérea y tres meses en el embargo de armas, dentro de la operación "Amanecer de la Odisea".

Según ha explicado, se trata de una "petición prudente" y ambos plazos son prorrogables: "si las necesidades de la operación internacional lo exigiesen, el Gobierno acudirá de nuevo a solicitar la autorización de la Cámara".

"Hasta ahora (la misión) ha surtido efecto, al menos parcialmente. Parece que se han detenido los ataques indiscriminados y, eventualmente, se ha producido algún repliegue de las fuerzas armadas libias. Pero el mensaje sigue siendo el mismo: mientras exista el riesgo de que Gadafi vuelva a atacar a su pueblo, aplicaremos la fuerza necesaria para impedirlo", ha advertido.

Zapatero ha destacado que se han cumplido las cuatro condiciones que impuso el Ejecutivo para participar en una misión militar: una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, un acuerdo europeo, la complicidad regional de la Liga Árabe y de la Unión Africana, y la autorización del Parlamento, que ha deducido que tiene por los contactos que ya ha mantenido con los grupos.

"Se dan las condiciones legales y políticas necesarias para que España asuma sus responsabilidades como miembro de la comunidad internacional", ha subrayado.

En opinión de Zapatero, al intervenir en Libia la comunidad internacional no sólo ha abierto un cauce para "poner fin a unos hechos dramáticos que reclamaban su respuesta", sino que sale reforzada por contar con el "apoyo inequívoco" de la ONU y porque se fundamenta en "el principio de la responsabilidad de proteger".

Se trata, a su juicio, de un principio humanitario: cuando un Estado no cumple con la responsabilidad de proteger a sus ciudadanos, la comunidad internacional debe intervenir para asumirla.

Pero Zapatero ha reconocido que la resolución de la ONU tiene también el objetivo de "encontrar una solución a la crisis libia que responda a las legítimas demandas del pueblo".

Ha enmarcado así esta crisis en un contexto histórico concreto, la denominada "primavera árabe", y ha recordado el consenso de los países europeos para pedir la renuncia de Gadafi.

El jefe del Ejecutivo ha recordado las primeras iniciativas adoptadas por España para evacuar a los refugiados que huían de Libia y suministrar ayuda humanitaria.

Ahora, ha recalcado, el objetivo es hacer efectiva la resolución de Naciones Unidas que obliga a proteger a la población civil, contribuir apoyo humanitario al pueblo de Libia y "facilitar la realización de sus aspiraciones".

Zapatero, que ha agradecido el apoyo de la mayoría de los grupos parlamentarios y en especial del PP, ha explicado que acordó la participación española en esta misión antes de llegar al Congreso por motivos de urgencia.

Cuatro cazas F-18 y un avión de reabastecimiento en vuelo Boeing 707 ya están integrados en el dispositivo aéreo de la coalición para el control de la zona de exclusión aérea, unos medios que han quedado bajo el mando del comandante de AFRICOM, el general estadounidense Carter Ham.

En el embargo de armas, participarán la fragata Méndez Núñez, el submarino Tramontana y un avión C-235 de vigilancia marítima.

En total, se movilizará a alrededor de quinientos militares, según ha apuntado Zapatero antes de elogiar el alto grado de preparación y la disponibilidad de las Fuerzas Armadas frente a situaciones de crisis y amenazas a la seguridad.