YAKARTA. Darwanto Odang, de 35 años, murió al caer al mar desde un bote cuando intentaba salvar a su familia de la amenaza del maremoto, según explicaron los vecinos de la víctima a la agencia Antara.

También en Papúa, varios vecinos de Tobati tuvieron que refugiarse en una iglesia situada en una colina donde vieron como las olas destrozaron varias viviendas, según el periódico The Jakarta Post.

"Vimos como el mar subía y bajaba tres veces y como dañó casas y el puente del pueblo", dijo el secretario de la congregación de la iglesia, Marcelino Hababuk Hababuk añadió que el tsunami destruyó todas las casas de la aldea vecina de Enggros.

En Filipinas, una vez superada la alerta, más de 200.000 personas regresaron a sus hogares de los que habían sido evacuados a lo largo de toda la costa oriental del archipiélago. Unas 55.300 personas pasaron la noche en centros temporales de acogida, indicaron las autoridades.

La olas que alcanzaron el noreste de Filipinas unas seis horas después del fuerte terremoto que sacudió a Japón, fueron de un metro de altura y no causaron daños, de acuerdo al instituto nacional de sismología y las autoridades.

En otras zonas del Pacífico, donde ayer la Cruz Roja advirtió que la ola gigante podría ser más alta que varias islas, el tsunami cruzó sin que se informara de daños importantes. En la islas Marquesas, en la Polinesia francesa, en el Pacífico Sur, algunas casas se inundaron a pesar de que las olas fueron de apenas un metro cuando inicialmente se había previsto que fueran de tres.

En Nueva Zelanda, se esperaban olas de un metro y las autoridades habían advertido a la población que permaneciera alejada de las playas donde, no obstante, se concentraron varios curiosos para ver el fenómeno.

El director de operaciones de defensa civil, David Coetzee, dijo a la prensa local que la primera oleada "ha sido bastante insignificante e incluso difícil de apreciar a simple vista". No se informó tampoco de ningún daño en Samoa, Tonga, Fiyi o las islas Marianas.