Bengasi. Fuerzas leales al dirigente libio, Muamar Gadafi, tomaron ayer la plaza principal de la ciudad de Zauiya, en el oeste del país, según confirmaron residentes en aquella localidad. Pese a que los rebeldes anunciaban a última hora que tras una contraofensiva habían recuperado el control del enclave, esta información no pudo ser confirmada. Lo que sí parece claro es que las fuerzas de Gadafi lanzaron a lo largo de la mañana un ataque en toda regla que se saldó con el repliegue rebelde y "una gran cantidad de muertos". Según Al Yazira, varios miembros de las fuerzas de Gadafi, entre ellos un general y un coronel, murieron en los combates en los que, según un médico local, habrían perdido la vida al menos 40 personas.
Tanques, francotiradores y tropas de infantería habrían participado en esta operación que se suma a los duros combates que también se están produciendo en el puerto petrolero de Ras Lanuf (frente oriental). Según Abdelhafiz Ghoga, portavoz del Consejo Nacional Transitorio (CNTR), los bombardeos de la aviación del régimen, que calificó de "violentos", se volvieron a centrar ayer en esa localidad causando daños importantes a un oleoducto. Sin embargo, descartó que la destrucción de estas instalaciones pudiera afectar al abastecimiento de petróleo, aunque advirtió que la continuación de estos ataques podría conducir a una "catástrofe medioambiental".
Amenazas "Gadafi amenazó con atacar las instalaciones petroleras y ahora lo está haciendo, está bombardeando sin compasión", dijo Ghoga que subrayó que los milicianos mantienen aún el control de Ras Lanuf. El portavoz rebelde adelantó además que los insurgentes tratan de extender su presencia hasta la localidad de Ben Yauad, que habían tomado el pasado sábado y las brigadas de Gadafi recuperaron un día después. Sólo el martes, mas de 40 milicianos murieron en estos combates, según precisó anteriormente otro de los portavoces rebeldes, Isam Geriani.
Al Ghoga, que comentó que "no hay realmente un enfrentamiento sobre el terreno, sino sobre todo bombardeos", explicó que el CNTR no solicitará abastecimiento militar hasta la imposición de una zona de exclusión aérea. También indicó que en caso de que no se imponga tendrán que conseguir armamento defensivo, aunque no dio más detalles.
Mientras tanto, en el frente occidental, donde las fuerzas de Gadafi tomaron Zauiya, también se informaba de que el cerco a Misrata, áun en manos rebeldes, sigue adelante aunque con enfrentamientos esporádicos. Eso sí, las noticias de esta ciudad son escasas debido a que el régimen ha cortado las líneas telefónicas y dificulta el uso de telefonía vía satélite.
Contactos Pero la novedad de ayer en el conflicto que atenaza a Libia fue la apertura por parte del régimen de un frente diplomático que busca frenar posibles intervenciones extranjeras. Así, Gadafi envió dos legaciones diplomáticas a entrevistarse por una parte con el nuevo gobierno egipcio (busca así la neutralidad de sus vecinos) y, por otra parte, con el Ejecutivo de Portugal, que puede darle la doble interlocución con la Unión Europea y la ONU. Y es que Portugal, además de miembro de pleno derecho de la Unión, ha sido elegido para presidir el Comité de sanciones creado en Naciones Unidas para el país norteafricano.
Sobre esta segunda reunión trascendió muy poco. El ministerio de Exteriores luso informó en un comunicado que la entrevista con el emisario libio, al que no identificó, estaba orientada a "recabar informaciones sobre la situación que vive Libia, donde el régimen de Muamar el Gadafi resiste la ofensiva de los rebeldes". Según esa nota, la entrevista fue acordada con la Alta Representante para la Política Externa y de Seguridad de la UE, la británica Catherine Ashton.
En cuanto a la otra delegación, la que viajó a El Cairo, el sigilo y el misterio son aún mayores. Se sabe quien es el interlocutor designado por Gadafi, el general Abdelrahman ben Ali al Sayed al Zaui, responsable de la Autoridad de Suministros y Logística y también viceministro de Defensa, pero no se sabe ni con quien hablará ni sobre qué. El hecho de que en la capital egipcia haya un representante formal de los rebeldes, podría apuntar a una posible interlocución.