roma. La portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en Italia, Laura Boldrini, se mostró ayer preocupada por la suerte de miles de refugiados e inmigrantes provenientes de varios países africanos (principalmente subsaharianos) que se encuentran en Libia y pueden convertirse en chivos expiatorios para ambos bandos. Boldrini explicó desde Palermo (Sicilia) que ACNUR ha recibido muchísimas llamadas telefónicas de somalís y eritreos residentes en Italia que están en contacto con sus compatriotas en Libia, quienes les hablan de una situación de altísimo riesgo.

En particular -refirió-, han relatado que "libios armados irrumpen en sus casas. Muchos de ellos no salen de sus hogares por miedo, aunque han terminado sus reservas de alimentos". Boldrini subrayó que los africanos de otros países que se encuentran en Libia se han convertido en un chivo expiatorio, tanto para el líder libio, el coronel Muamar el Gadafi, que habla de revueltas fomentadas por "extranjeros" como para los opositores, que denuncian "escuadras de mercenarios".

La representante italiana añadió que cerca de la sede de ACNUR en Tripoli hay 11.000 refugiados que piden asilo. Por otro lado, aseguró que "no es necesario crear alarmismo en la opinión pública afirmado que existe el riesgo de que en Italia nos encontremos con una verdadera invasión". Boldrini hacía así referencia a las palabras del ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, quien aseguró que de 300.000 inmigrantes quieren huir de Libia.