El viceprimer ministro británico, el liberaldemócrata Nick Clegg, logró imponer ante sus socios de Gobierno del Partido Conservador su promesa electoral de abolir las llamadas "órdenes de control", que implican el arresto domiciliario de sospechosos de terrorismo que no han sido acusados, informó The Sunday Times. La abolición de las órdenes implicará, según el periódico, que queden en libertad los nueve británicos sospechosos de terrorismo que actualmente están sujetos a ellas. Las nuevas medidas que se impondrán a estas personas serán más relajadas, y se les permitirá viajar por el país y acceder a móviles e Internet, explica el rotativo.
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