Washington. Nancy Pelosi consiguió hoy, sin problemas, renovar su escaño por California, pero ya no seguirá como presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, pues su partido perdió la mayoría que ostentaba en la Cámara Baja.

Pelosi, representante del octavo distrito de California desde 1987 y líder de los demócratas en la Cámara Baja desde 2003, perderá su mando cuando el nuevo Congreso se forme en enero de acuerdo con los resultados de las elecciones, que hoy dieron la mayoría a los republicanos.

El resultado aleja del mando a la que fue la primera mujer en ocupar la presidencia de esa Cámara, y lo cede, a falta de su nombramiento formal en una próxima reunión republicana, al representante de Ohio John Boehner.

El congresista republicano se convirtió en líder de la minoría tras las elecciones de 2006, las mismas en las que Pelosi se abrió camino hacia la presidencia de la Cámara y la poderosa etiqueta de ser la segunda en la línea de sucesión del presidente Barack Obama.

La derrota, previsible desde hace semanas, contrastó con la campaña de la legisladora, de 70 años, que, haciendo gala de su optimismo habitual, se aseguró de blindar su oficina ante los constantes ataques de la oposición.

Aunque Pelosi nunca temió por su escaño, que corresponde a un distrito con un escaso 9 por ciento de votantes republicanos, las encuestas revelaron que la presidenta llegaba al final de la legislatura con una popularidad del 29 por ciento, el nivel más bajo desde que asumió su cargo.

Las causas más evidentes fueron, según los analistas, el menguante apoyo de los votantes independientes y el desgaste que le provocaron las medidas más cuestionadas del presidente Barack Obama, como la reforma de salud.

Su futuro en el nuevo Congreso es aún incierto, y no son pocos los rumores que desde el Capitolio apuntan a que no aceptará la pérdida de poder que supondría volver a liderar la minoría de su partido.