PODRÍA ser perfectamente el arranque de cualquier novela de Frederick Forsyth o John Le Carre, quizá un buen prólogo para el espía por antonomasía creación de Ian Fleming, el arquetípico James Bond. Un miembro de la inteligencia británica que es asesinado y cuyo cadáver aparece apuñalado varias veces, metido dentro de una bolsa de deportes en el baño de su piso de un barrio de Londres habitado por banqueros y políticos. Pero la escena es real. Scotland Yard investiga la muerte de un miembro del espionaje británico -vulgarmente conocido como MI-6, aunque su nombre real sea SIS, siglas de Servicio Secreto de Inteligencia- cuyo cuerpo fue descubierto el martes dentro de una gran bolsa de deportes en el apartamento de Londres en el que vivía.
La policía informó ayer de que el espía, de unos 30 años, podría haber fallecido hace unas dos semanas y de que se han iniciado pesquisas para aclarar las razones de su muerte y de cómo su cuerpo terminó metido en una bolsa en el cuarto de baño de la vivienda. Según el periódico The Daily Telegraph, el fallecido se llama Gareth Williams, ronda la treintena, y trabaja en el servicio de comunicaciones en la sede central del GCHQ, el servicio gubernamental de comunicaciones que forma parte tanto del MI-6 como del MI-5, en Chelthenham (al sur de Inglaterra), aunque estaría en comisión de servicios en la capital británica en las oficinas centrales del MI-6, muy cerca de donde está situada la vivienda en la que fue hallado en Pimlico, al otro lado del Támesis.
El cadáver fue encontrado después de que sus compañeros del MI-6, denunciaran que no le habían visto en los últimos días. Junto al cuerpo los agentes hallaron su teléfono móvil y numerosas tarjetas SIM, perfectamente ordenadas, lo que, según afirma el diario The Times, hace sospechar a la Policía de que pudo haber un "componente de ritual" en la muerte.
En cualquier caso, estaba previsto que ayer mismo se realizara la autopsia con el fin de confirmar la identidad e intentar averiguar algo más sobre el suceso. Scotland Yard confirmó que afronta la investigación del fallecimiento como la de un asesinato.
Los diarios británicos apuntan que Williams era un buen aficionado al ciclismo y experto en matemáticas -comenzó a estudiar esta especialidad en la Universidad de Cambridge, pero abandonó la carrera tras suspender un examen-, que ni siquiera habría comentado con su familia el contenido real de su ocupación en el servicio británico de inteligencia.
Antes de instalarse en Londres hace más o menos un año, Williams había vivido durante diez en Cheltenham, en un piso alquilado a una mujer jubilada, Jenny Elliot, a la que telefoneó en abril para interesarse por su antigua vivienda al parecer con intenciones de volver a la localidad del sur de Inglaterra. Según Elliot, a la que cita The Daily Telegraph, "Gareth era una persona muy agradable que en realidad no parecía tener ningún amigo". "Era extremadamente inteligente, no hablaba de su trabajo como si fuera algo secreto, teniendo en cuenta que trabajaba para el GCHQ -recordaba su antigua casera en la prensa-. Todo lo que me contó es que tenía algo que ver con códigos".
barrio exclusivo y sorprendido La Policía mantuvo ayer acordonada la calle de viviendas victorianas de alto nivel, Alderney Street, donde se encuentra la vivienda de tres plantas en la que apareció el cuerpo, la misma en la que viven destacadas personalidades políticas, como el ex dirigente del Partido Conservador Michael Howard y el ex ministro del Interior británico y ex vicepresidente de la Comisión Europea Leon Brittan.
Los vecinos de Williams no salían ayer de su asombro ante el hallazgo del cadáver y la historia de película que parece esconderse detrás. Un trabajador de la City londinense que vive en una casa próxima reconocía su sorpresa: "Es realmente espantoso, ésta es una zona de banqueros y políticos. He hablado con mi vecino de al lado y tampoco sabía nada". Otro residente de Alderney Street añadía: "He hablado con el hombre que vive en el piso de arriba, pero no lo habíamos visto nunca. Lógicamente, no les vas a contar a tus vecinos que eres un espía".
El "caso Litvinenko" De confirmarse que se trata de un asesinato, será el primero en territorio británico de alguien relacionado con el espionaje desde la muerte en 2006 del agente ruso Alexander Litvinenko. Litvinenko, ex miembro del KGB que se refugió en Londres para evitar represalias en su país por su vinculación con empresarios rusos opositores del entonces presidente Vladímir Putin, murió en un hospital tras beber un té envenenado con polonio-210.
Años antes, en 1978, el disidente búlgaro Gueorgui Markov fue envenenado mientras cruzaba el puente de Waterloo al más puro estilo James Bond con una cápsula de ricino disparada con un paraguas- pistola, en uno de los asesinatos más célebres de la Guerra Fría.