ITALIA.- El mandatario compareció ante los medios tras la reunión de unas seis horas que la Ejecutiva de su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), celebró en el Palacio Grazzioli, la residencia romana de Silvio Berlusconi.

En ella, el PDL abordó la estrategia que adoptará en el nuevo curso político y los apoyos con los que cuenta el Gobierno italiano tras la expulsión del partido del cofundador Gianfranco Fini y la escisión de un nuevo grupo parlamentario, Futuro y Libertad para Italia (FLI). Tales sucesos han dejado sin mayoría absoluta al Parlamento.

Ante esta situación, la cúpula del PDL ha decidido aprobar un programa de Gobierno para los próximos tres años y someterlo a una votación de confianza ante el Parlamento en cuanto empiece el curso político.

"Estamos preparados para ir a las elecciones si no conseguimos en el Parlamento la mayoría necesaria para seguir gobernando", aseguró Berlusoni, que en ese caso, consideró posible que los nuevos comicios puedan celebrarse incluso antes de que termine el año.

El primer ministro rechazó así la propuesta adelantada por los partidos de la oposición y apoyada por el presidente de la República, Giorgio Napolitano, de que, en caso de crisis, la legislatura siga adelante con un Gobierno técnico.

Además de considerar que esta opción no respetaría la soberanía del pueblo, Il Cavaliere se mostró confiado ante la posibilidad de volver a obtener un "gran resultado", ya que los sondeos dan a su coalición "más del 50%" de los votos, aseguró.

Pero antes de convocar elecciones anticipadas, Berlusconi quiere comprobar en el Parlamento si su Gobierno cuenta o no con la mayoría necesaria para seguir adelante con su programa. El nuevo plan tiene cinco puntos clave, entre los que se encuentran el federalismo fiscal, la reforma del fisco, medidas para relanzar el sur del país y otras para incrementar la seguridad ciudadana.

Aun así, uno de los apartados más complicados sigue siendo el de la Justicia, que contiene normas tan polémicas como la que busca proteger a Berlusconi de la Ley y la que trata de limitar la utilización de las escuchas telefónicas en las investigaciones judiciales.

Tras la reunión de ayer, la estrategia del líder italiano queda bien definida. Lo que ahora está por ver es cómo actuarán Gianfranco Fini y sus seguidores, que son quienes decidirán con su voto si el país va o no a las elecciones.