JERUSALÉN. "Está clarísimo que este señor sin honor que está al servicio de un régimen extremista tiene cero credibilidad y lo único que está manifestando con estas acusaciones es su propia debilidad política", dijo a Efe el portavoz de Exteriores israelí, Igal Palmor.

Para Palmor, "la primera pregunta que surge al oír las declaraciones (de Nasralá) es, ¿si tenía estas pruebas tan patentes por qué no las reveló antes?".

El jefe del grupo chií libanés Hizbulá dio a conocer ayer en una conferencia de prensa hechos y fotos que, a su entender, implican a Israel en el asesinato con un coche-bomba el 14 de febrero de 2005 en Beirut de Hariri, cinco veces primer ministro del Líbano y padre del actual jefe de Gobierno, Saad Hariri. En el atentado murieron otras 22 personas.

Entre los datos presentados estaban las declaraciones de algunos presuntos espías pro israelíes e imágenes aéreas de aviones israelíes no tripulados que vigilaban el territorio libanés y las rutas tomadas habitualmente por Hariri en sus desplazamientos.

"Israel tiene el poder para matar a Hariri", aseguró Nasralá, quien acusó a una tercera parte, a la que no nombró, de "utilizar su sangre para hacer salir a Siria" del Líbano y "cercar" a su grupo político.

Un tribunal especial apoyado por la ONU, con sede en Holanda, investiga el crimen, que conmocionó la vida política del país y del que en un principio líderes locales responsabilizaron al régimen sirio, aliado de Hizbulá.

El tribunal especial anunciará en los próximos meses quién o quiénes pudieron ser los asesinos de Hariri y en el Líbano se teme que, si se confirman las sospechas de que militantes de Hizbulá pudieron estar involurados, habrá riesgos para la estabilidad política.