MADRID. Cerca de 4.000 mujeres han sido asesinadas en Guatemala en los últimos cinco años con total impunidad, un fenómeno con raíces históricas que frena el desarrollo democrático del país y que los defensores de los derechos humanos luchan por sacar a la luz.
"Somos los ojos y la voz de las mujeres guatemaltecas desde España", explica a Efe Mercedes Hernández, la joven presidenta de la Asociación de Mujeres de Guatemala, de sólo 30 años, que se vio obligada a emigrar a España debido a las amenazas de muerte que recibía en su país por su lucha contra los asesinatos de mujeres.
En Guatemala han muerto más de 700 mujeres en 2009 y "el 98 por ciento de estas muertes se queda sin investigar con lo que se lanza el mensaje de que se puede hacer lo que se quiera con los cuerpos de las mujeres", denuncia.
Estos asesinatos tienen "un vínculo muy fuerte" con el conflicto interno que sufrió Guatemala durante más de 30 años y "los cometen prácticmente las mismas personas: cuerpos de seguridad ilegales y clandestinos formados por ex-militares y paramilitares" que buscan "dañar la intimidad de las mujeres, generar inseguridad y colapsar así el tejido social".
Aunque pocos lo saben, Guatemala es el país con más asesinatos de mujeres de Latinoamérica y el segundo con más desapariciones de defensoras de los derechos humanos, una cantidad de crímenes que "sólo puede darse con el consentimiento del Estado guatemalteco, involucrado por acción u omisión".
De hecho, aclara Hernández, pese a la "visibilidad" internacional de Ciudad Juárez (México), donde se han producido 500 asesinatos en los últimos cinco años, en Guatemala se han contabilizado cerca de 4.000 contabilizados.
Desde el exilio, la Asociación de Mujeres de Guatemala, que cuenta también con socias españolas y de otros países latinoamericanos, lucha por la justicia para las mujeres sobrevivientes de violencia sexual durante el conflicto armado.
"Intentamos hacer de puente de canalización para las organizaciones feministas de Guatemala, porque allí la vida no tiene precio y además se disfraza de violencia común la dirigida a los defensores de los derechos humanos", cuenta Hernández.
Esta asociación, junto a otras de defensa de los derechos de las mujeres, promueve la creación de un Tribunal de Conciencia para acabar con la impunidad de los crímenes cometidos contra las mujeres durante el conflicto armado, porque "el pasado está vinculado con el presente".
"Hemos enviado invitaciones a personalidades tanto de Guatemala como de otros países, entre los que se encuentran magistrados de la Corte Penal Internacional o la premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchu, que ya ha confirmado su presencia", destaca la activista.
Este tribunal, promovido originalmente por la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas, pretende probar que la violencia sexual fue una estrategia de guerra y exigir al Estado acciones de reparación y en contra de la impunidad ante estos crímenes en el pasado y en el presente.
Hernández denuncia que "hasta ahora no ha existido voluntad política de juzgar a estas personas , y aunque con la aprobación de la Ley contra el Feminicidio el Estado reconoció su implicación, fue tan sólo un reconocmiento simbólico".
La presencia en el Tribunal de Conciencia de personalidades nacionales e internacionales "con tanto peso en la defensa de los derechos humanos, hará que las recomendaciones sean muy bien recibidas por el Estado guatemateco", recalca.
"Muchas de las mujeres que estamos trabajando en este proyecto han tenido que viajar a España huyendo de la violencia y la pobreza, y desde aquí seguimos luchando por nuestras amigas y hermanas que se quedaron allá", concluye.