Hace poco más de un año, en mayo de 2023, Jone Olabarri Gaona abrió su tienda-taller en Eibar, en el número 5 de Miguel de Aginaga. Llevaba varios años trabajando desde casa, pero llegó un momento en el que decidió dar el salto y apostar, con ayuda de su madre, por un negocio a pie de calle.
“Es verdad que te adaptas al espacio que tienes pero no tenía sitio ya para guardar el stock y tenía que llevarlo a casa de ama, tampoco podía sacar fotos de las creaciones ni podía enseñárselas a los clientes… Estaba mucho más limitada y se me quemaban un montón de lentejas porque mientras estaba trabajando aprovechaba para hacer cosas de casa y al final estaba tan absorta con lo mío que me olvidaba de la cocina”, cuenta entre risas.
Esta joven guipuzcoana comenzó haciendo pendientes de arcilla polimérica y, ya estudiando Bellas Artes en la universidad, empezó, primero, a pintar totebags ya hechas para venderlas en pequeños mercados artesanales, pero después empezó a comprar telas para confeccionar las bolsas desde cero.
“Nunca antes había cosido, pero veía a mi amama y me llamaba la atención, así que me apunté a un curso de costura aquí en Eibar para aprender lo básico”, relata.
Ha tenido la suerte de recibir la herencia artística de su madre y de su abuela. “A mi amama le gustaba coser, tejer, bordar… hacía de todo, y a mi ama le gusta mucho pintar. He pintado mucho con ella cuando era pequeña y, a día de hoy, a veces, cuando necesita desconectar, suele venir a pintar unas telas aquí al taller”, señala.
Cuando Jone se metió en el mundo de las telas y empezó a coser, ya no hubo vuelta atrás. “Dejé los pendientes porque me aburría y abandoné un poco la pintura para centrarme en la costura, pero finalmente decidí emplear ambas técnicas, la costura y la pintura, porque con esa combinación es con lo que más me identifico”, confiesa.
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“Me di cuenta de que iba a los mercados y me encontraba con otros artesanos que habían utilizado la misma tela que yo y como no me gusta hacer lo mismo opté por pintar yo misma las telas”, advierte. Así, cuando coge el pincel se deja llevar.
“Por mucho que utilice patrones o pinte geometrías con esponjas, cada dibujo me queda distinto, por la presión que hago sobre la tela, por lo cargado de pintura que vaya el pincel… Y esa parte humana es lo que más me gusta”, reconoce.
Ajena a las modas
La gente que acude a Hartara busca algo distinto. “El nombre de mi marca es un juego de palabras entre el inglés y el euskera y significa ‘de la manera del arte”, cuenta.
“Más allá de los totebags, las mochilas son mi producto estrella porque son muy versátiles y también las motxi-poltsak, que son unos bolsos-mochila con anillas que tienen hasta seis posiciones diferentes y ofrecen muchas posibilidades. Hace poco he sacado bolsos de media luna, con forma de riñonera grande, para llevar cruzados o colgados, y también están funcionando muy bien junto con las bomboneras, que están tirando mucho este verano”, detalla.
A la hora de diseñar, Jone asegura que no hace caso de las modas, sino de lo que a ella le gusta. “Eso sí, me fijo mucho en lo que lleva la gente y en lo que se ve en los escaparates y eso me influye de forma inconsciente, claro, pero por ejemplo, en cuanto a colores, me ha costado mucho tiempo introducir el marrón y el beige porque a mí no me gustan, soy más de tonos vivos”, indica.
Consejos para hacer creaciones sostenibles
Además de utilizar materiales sostenibles como tela de algodón 100% con certificado OECO-TEX y cuero sintético, la artesana guipuzcoana Jone Olabarri Gaona se esfuerza en generar la menor cantidad de residuos posible, por lo que reutiliza muchísimas cosas en su taller. “Como siempre sobra algo, con los restos de las telas hago llaveros.
Además, los recipientes y las esponjas que utilizo y el relleno que meto para dar forma a los bolsos me los trae mi ama del hospital del material que sobra sin utilizar y que va a ir a la basura, porque a mí me vienen fenomenal. También doy una segunda vida a las cintas de papel que envuelven las tiras de las mochilas para hacer los lazos de los envoltorios”, detalla.
Cómo comunicar en redes sociales
Cuando Jone Olabarri Gaona comenzó con su marca Hartara, tenía redes sociales, pero no les daba mucha importancia. “Empecé en la pandemia porque no podía ir a ferias ni nada y me di cuenta de que merece la pena porque la página web que tengo no me daba ventas (www.hartarahandmade.com)”, advierte.
En la actualidad, casi un 50% de su facturación llega a través de las redes sociales. “Hice un par de cursillos sobre cómo comunicar y, aunque hay momentos de frustración cuando estás enseñándole algo a la gente pero no llega, he cogido la costumbre de publicar en Instagram bajo mi perfil de @_hartara. De esta forma me he quitado la vergüenza y, además de fotos, también hago vídeos”, indica satisfecha.