Cada vez son más las voces que exigen a la industria de la moda que haga algo, y rápido, para contaminar menos y dejar de ser una verdadera pesadilla para el medio ambiente.
La industria de la moda es responsable de más del 8% del total de las emisiones de carbono a nivel mundial. ¿Ysabías que contamina más que la industria de la aviación y de la mensajería juntas? Con estos datos en la mano está más claro que nunca que la moda necesita tomar medidas al respecto, y tomarlas ya.
Para colmo, además de que no se hace mucho por ser sostenibles en el universo de la moda? parece que cada vez se hace menos. Según un informe de Global Fashion Agenda publicado en mayo, en realidad la moda está disminuyendo su velocidad en lo que a mejorar su impacto medioambiental se refiere. Los principales líderes de la industria, incluyendo los pesos pesados como el conglomerado Kering (dueño de Gucci, Balenciaga y Alexander McQueen) y LVMH (Louis Vuitton, Dior y Givenchy), presumen hasta la saciedad de tener sus propios objetivos de sostenibilidad, pero lo cierto es que suena más a lavado de imagen que a una intención real. Sea como fuere, hay que reconocer que esas medidas incluyen algunas de las principales peticiones de los más preocupados por el medio ambiente: reducir las emisiones de carbono, mejorar estándares a lo largo de toda la cadena de suministro y reducir el consumo de agua y la generación de residuos.
Y es que cada vez son más las voces que abogan desde dentro de la industria de la moda por la creación de un modelo más sostenible y que no convierta el negocio fashion en el centro de la diana de las críticas ecologistas. Los clientes están cada día más concienciados con la sostenibilidad y reclaman transparencia por parte de las empresas. Pues bien, la toma de estas cinco medidas a nivel global de la industria resolvería muchos problemas.
1 Neutralizar el carbono
La Carta de la industria de la moda para la acción climática de la ONU (2018) está firmado por 43 marcas, incluyendo Stella McCartney, Adidas y H&M. Pues bien, en ella se fija como objetivo que estas compañías reduzcan las emisiones un 30% para el 2030 y no produzcan emisiones en el 2050, pero lo cierto es que las marcas de moda de todo el mundo deben reducir sus emisiones de carbono para hacer su parte a la hora de atajar el cambio climático.
No obstante, el grupo activista Fashion Revolution reclama más transparencia en lo que a las emisiones de carbono se refiere. Su informe de 2019 descubrió que solo el 55% de las principales 200 marcas publica su huella anual de carbono en sus páginas web, y únicamente el 19’5% revela sus emisiones en la cadena de suministro (donde tienen lugar más de la mitad de las emisiones de la industria). Ahora mismo no hay penalizaciones para las marcas que no cumplen los objetivos de la ONU, lo que lleva a reclamar que se implemente un impuesto sobre el carbono (que se aplicaría a todas las compañías).
2 Mejorar la cadena de suministro
Las cadenas de suministro son a día de hoy uno de los grandes puntos negros del mundo de la moda. Y es que la transparencia en este sentido deja mucho que desear. Resulta un problema el que no haya una organización global que regule a todos los fabricantes del mundo, así que las compañías deben examinar, repasar y valorar su cadena de suministro para mejorar la transparencia y trazabilidad respecto a los materiales empleados y la fabricación de las prendas.
Son muchos los que apuntan que la única manera de resolver el problema es que un organismo como Naciones Unidas fije los estándares y las penalizaciones si no se cumplen. La trazabilidad también es un factor importante a la hora de determinar cómo de sostenibles son las cadenas de suministro, y en este sentido cobra fuerza la idea de que ahora los consumidores quieren saber la historia de un producto, de dónde viene y por dónde ha pasado. Pero claro, para eso las marcas de moda necesitarían tener una relación estrecha con sus proveedores y fabricantes, y debería haber más colaboración entre las marcas y los fabricantes, ya que una gran parte del trabajo se hace hoy a través de terceros.
3 Invertir en futuros materiales
Encontrar alternativas a los materiales que impactan negativamente en el medio ambiente es esencial y una de las claves de lo que puede ser una revolución en la industria.
Nadie niega a estas alturas que la inversión en futuros materiales está creciendo, pero no lo suficientemente rápido. No hay duda de que el primer paso para producir de forma sostenible está en la adecuada elección de materias primas y en los procesos de producción para reducir el impacto medioambiental y proteger la biodiversidad. Por ello, materiales como el algodón orgánico, el algodón BCI y el Tencel tienen cada vez más presencia en las colecciones de Inditex. El algodón orgánico se caracteriza por estar cultivado sin fertilizantes ni pesticidas químicos, y sus semillas no están modificadas genéticamente.
4 Construir nuevos modelos de negocio
Si la industria de la moda se basara en un pensamiento circular, eso resolvería muchos de los problemas medioambientales que tiene hoy en día. De hecho, la Global Fashion Agenda lanzó en 2017 un compromiso para el 2020 centrado en la circularidad. ¿Pero cómo sería una economía de moda circular? Pues básicamente un sistema en el que todos los productos pueden ser reutilizados o completamente descompuestos. Algo que, sin duda, alteraría de manera radical los actuales modelos de negocio basados en consumir más y más rápidamente.
Son casos residuales, pero es justo destacar que se han hecho avances prometedores en esta área. Por poner un ejemplo, Stella McCartney se ha asociado recientemente con Adidas para crear la Infinite Hoodie, fabricada con tecnología NuCycl, que licúa el algodón usado para hacer prendas nuevas, con lo que el material puede ser reutilizado una y otra vez.
No es la única marca, ya que hay otras que también están buscando maneras de ser más dueñas de sus productos, incluso después de haberlos vendido, como comprar de nuevo las prendas por el 20% de su precio original para revenderlas o supraciclarlas para cerrar el círculo.
A pesar de estos casos aislados, el último informe de la Global Fashion Agenda destacó que solo se han cumplido el 20% de sus objetivos de circularidad, demostrando que el progreso sigue siendo lento.
5 Apoyar a las siguientes generaciones
Pero siempre hay un rayo de esperanza, y en este caso este rayo se sitúa, como no podía ser de otra manera, en el futuro. Los jóvenes diseñadores, como la ganadora del H&M Design Award 2019, Priya Ahluwalia, que utiliza vintage y telas sobrantes, ya están liderando el camino adoptando un enfoque de moda mucho más sostenible.
Si nos remitimos a la labor principal del diseño esa es la de resolver problemas, así que lo que está ocurriendo con los jóvenes diseñadores es que parecen dispuestos a encontrar la manera de no crear un efecto negativo en el planeta, sino ayudarlo a mantenerse en forma.
Es vital que todas las marcas tengan diseñadores y otros empleados a lo largo de toda la compañía que estén completamente comprometidos con la sostenibilidad; de esta manera, en las firmas trabajarían diseñadores formados en diseño ecológico, jefes de ventas conocedores de las auditorías medioambientales, y jefes de producción conscientes de qué químicos son perjudiciales para el medio ambiente.
La siguiente generación tiene la posibilidad de reimaginar radicalmente el sistema de la moda desde el punto de vista de la sostenibilidad, y parece que ese tipo de imaginación será la clave para dar un giro en una industria que ha de invertir en un futuro próximo con la sostenibilidad en mente como principal prioridad. Es el reto al que se enfrenta esta gran industria.